255 pasajeros y 6 aeronaves por hora. 55.900 viajeros en vuelos comerciales al año, más otros 5.400 en tránsito y de otro tipo de operaciones. En total, 61.400 personas. Ni una más. Este será el mayor tráfico que registrará Villafría en el horizonte a largo plazo estimado en el nuevo Plan Director del Aeropuerto, un documento que acaba de entrar en vigor para actualizar los anteriores y que enfría las estimaciones optimistas del inicial, aprobado en 2001, cuando se llegó a calcular que más de 122.000 personas podían pasar cada año por el control de seguridad de la terminal de Burgos.

Las nuevas estimaciones supone un jarro de agua fría para las expectativas con las que nació y se desarrolló un «aeropuerto ‘joven’», que comenzó a operar al tráfico comercial en julio de 2008, tras una serie de actuaciones, y que logró su récord histórico de pasajeros en 2011, con 35.450. En el ejercicio recién concluido ha conseguido, pese a las restricciones, mejorar un 33% los datos de 2019 hasta llegar a 23.528 usuarios. Esto es, en el peor año para el tráfico aérea Villafría ha sumado la mitad de los pasajeros a los que puede aspirar. No prevén los técnicos de Aena que la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la COVID-19 afecte a este documento «como herramienta de planificación a medio y largo plazo, ya que la ejecución de las determinaciones que se recogen en el mismo están ligadas al cumplimiento de unos determinados niveles de tráfico, y no a horizontes temporales concretos», reseñan.

Tampoco espera Aena que vayan a variar las aeronaves que utilizan la pista burgalesa, en la que predominan los Canadair Regional Jet 200, así como diversos modelos de helicópteros que operan los vuelos de ambulancia y aerotaxis tipo Cessna Citation.

Los 55.900 usuarios de vuelos comerciales se contemplan a largo plazo, mientras que no pasarían de 17.000 en el horizonte más cercano.

(La información completa, en la edición impresa de Diario de Burgos de este lunes)