Evaristo Arzalluz

Plaza Mayor

Evaristo Arzalluz


El virus de la humanidad

26/05/2020

Si me dicen hace 3 meses lo que iban a ver estos mis ojos que se comerá la tierra, no me lo hubiera creído. Es más, si hubieran hecho una película con lo que ha pasado en la realidad, habría criticado al guionista por pasarse. Pues bien, lo que hemos visto hasta ahora puede ser sólo el aperitivo. Se avecinan cinco crisis, concatenadas una detrás de otra, cada una peor que la anterior. 
La primera, la sanitaria, que no está resuelta: no sabemos si la inmunidad (de los afortunados que la tienen) es duradera o no, no sabemos qué tipo de secuelas van a padecer los que han sufrido la enfermedad con más virulencia, no sabemos si el virus va a mutar. Sólo sabemos que volverá, es lo único seguro.
La segunda, la económica: a diferencia de otras pandemias en la Historia ésta ha caído sobre un mundo globalizado y por eso se ha transmitido mucho más rápido y sus consecuencias económicas son mucho peores. La tercera, la social: colas para comer. Y no son de desconocidos: si te acercas, puedes ver a tu vecino. Y sólo llevamos dos meses de parón. Espera un par de meses más.
La cuarta, la psicológica: depresiones, ansiedad, angustia, divorcios. Sufrimiento moral, que es mucho peor que el físico, porque duele más y porque no se ve: un cáncer lo ves en una resonancia, una depresión no. 
Y la quinta, resumen y culmen de las anteriores, la pérdida de la libertad. Hemos desarrollado la tecnología que permite a gobiernos sin escrúpulos controlar a la población: big data, inteligencia artificial, reconocimiento facial, geolocalización, bitcoin, redes sociales. Hemos creado nuestra propia trampa.
¿Exagero? Ojalá. ¿Soluciones? Sólo hay una escapatoria, y es hacia dentro: buscar dentro de mí  esos valores que hibernan. Es el único espacio de libertad donde nadie puede entrar sin mi permiso.