"Tenemos mucho que ofrecer, pero nos lo tenemos que creer"

I.M.L.
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Los oficios del vino (VIII) | Los responsables de #enoturismo de las bodegas, como Xandra González, además de hacer de guías, son profetas convencidos de la idea de marca

Xandra González lleva 14 años dedicada al sector del vino y sus primeras labores en el enoturismo eran realizar visitas a la bodegas por las que no se cobraba. - Foto: I.M.L.

El concepto de enoturismo, por mucho que se nombre en los últimos tiempos, es algo que no todo el mundo conoce y que no está en la apuesta de todas las bodegas. Los que se dedican a este ámbito en el mundo del vino destacan dos conceptos que hacen que el enoturismo sea mucho más: crear imagen de marca y ofrecer experiencias.

Xandra González lleva 14 años trabajando en distintas bodegas y negocios particulares relacionados con el mundo del vino y el enoturismo, pero todo comenzó por un curso de viticultura y enología que hizo "por aprender algo en el montón de tiempo que tenía tras regresar de Madrid". "Te das cuenta que la gente que se dedica al mundo del vino algo les atrapa que hace que se convierta en algo muy especial para ellos. ¿Qué será eso que tiene el vino que tanto engancha? Es un mundo en el que no dejas de aprender nunca", se pregunta y responde ella misma al hablar de sus inicios.

Hace solo tres lustros, este ámbito del sector enológico era una novedad. "Cuando yo empecé a hacer enoturismo ni siquiera existía el enoturismo, la gente decía visitar las bodegas, no se hablaba del concepto enoturismo", recuerda Xandra, añadiendo que "para una bodega era hasta feo cobrarle a una persona cuando había ido hasta tu bodega para ver cómo trabajabas".

Desde entonces, la popularización de la cultura del vino, que ella justifica en que "las bodegas se han dado cuenta que el vino no puede ser un producto elitista y tiene que estar al alcance de cualquiera que lo quiera probar, disfrutar, regalar o aparentar", también ha hecho que el enoturismo sea un saco en el que cabe todo. "La parte negativa de que se haya popularizado la cultura del vino es que hay muchos entendidillos que no están en lo cierto, que saben de rumores o lo que le ha dicho uno u otro", explica, recalcando que con ellos tiene que lidiar en las visitas que realiza para que no influyan en el resto del grupo.

Un responsable de enoturismo va más allá de un guía que acompaña a un grupo en su recorrido por unas instalaciones bodegueras. "Lo más importante es tener dotes de comunicación y empatía, más incluso que los conocimientos del vino, porque tienes grupos completamente diferentes y te tienes que adaptar a sus niveles y a sus necesidades", apunta González, recalcando que a cada visitante hay que ofrecerle lo que espera de su recorrido, porque más que visitas, lo que ofrece son experiencias. "No se trata de visitar una bodega sino de que tu te lleves unos recuerdos en positivo que, a la vez, refuerzan esa marca; es una experiencia, en el mundo del vino y de la cata se trabaja mucho con los sentidos y estás todo el rato experimentando con los sentidos del que viene y eso no deja de ser una experiencia", insiste Xandra convencida de que el enoturismo ahora es imprescindible para las bodegas.

"Sigue siendo difícil ir a ver algunas bodegas y que muchos bodegueros consideren algo importante dentro de su personal y de la proyección de su marca el tener una persona que se dedique a esto", lamenta pero sin tirar la toalla por la que es su tierra natal. "Las cosas han cambiado mucho y tienen que cambiar más, las bodegas se tienen que terminar de creer todo el potencial que tenemos en Ribera del Duero, hay mucho que ofrecer pero nos lo tenemos que creer y poner gente que sepa transmitir todos los valores que hay detrás", refrenda con sus palabras.