El festival Ebrovisión triunfa con cada edición que celebra desde hace dos décadas. Pese al parón que supuso la pandemia, el público ha vuelto a responder y, de hecho, están a punto de agotar todas las entradas. Por tanto, el portavoz de la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, Ramiro Molinero, adelanta que en las próximas semanas se terminará de cerrar el aforo en la actividad organizada por su colectivo. Se trata de un hecho inaudito, puesto que, conforme apuntan desde la agrupación, «ha habido años que se han agotado unos días antes o en el propio festival, pero con más de un mes de antelación es la primera vez». Así, ya se tiene la certeza de que en solo tres jornadas de septiembre se reunirán en Miranda 20.000 personas y la mayoría llegarán de otros municipios.
En la Asociación tienen claro el motivo por el que esto va a ocurrir. A fin de cuentas, esta edición, que se celebrará el 1, 2 y 3 de septiembre, supone el XX aniversario de Ebrovisión y solo por ello ya tiene un aura especial. No obstante, Molinero reconoce que existe un factor añadido. «No se pudo celebrar en 2020, entonces mucha gente compró sus abonos y los ha mantenido estos dos años y lo que quedaba se ha ido vendiendo estos meses», explica.
Consideran que esta realidad, además, refleja un rasgo esencial del festival. Según dicen, el hecho de que el público mantuviera sus abonos y acoja ahora tan bien el acto demuestra la gran «fidelidad» de los aficionados a Ebrovisión. Dicha cuestión queda patente, más aún, teniendo en cuenta que no se conoce ni qué artistas acudirán a Miranda. «Llama la atención porque es una edición sorpresa, estamos todavía más satisfechos», dice el portavoz de los organizadores.
Sobre las bandas y cantantes que deleitarán al público recuerda que «es un secreto muy bien guardado» y «no se va a desvelar hasta que se suban al escenario». Eso sí, avisa, en un tono ciertamente irónico, de que «repetirán de algún año, porque han actuado cerca de 500 grupos».
En cualquier caso, desde la Asociación de Amigos de Rafael Izquierdo solo tienen palabras de agradecimiento para sus «fieles». Además, Molinero comenta que su alegría tiene una razón añadida porque «esto es recoger el fruto de muchos años». «Hacer una edición sorpresa, que es una locura, en una ciudad pequeña y tener esta respuesta es increíble y muy satisfactorio», sentencia.