El debate sobre el modelo ferroviario en España es inagotable. Siempre habrá defensores de las líneas de alta velocidad que permite viajar entre las grandes ciudades en unos tiempos que hace medio siglo ni siquiera podrían soñarse, frente a quienes apuestan por un tren más modesto pero con precios más asequibles, más paradas y una mayor vertebración del territorio. En esta última tendencia se sitúa una iniciativa que a principios de julio convocó concentraciones en distintas estaciones de España a través de una coordinadora estatal y que ahora da un salto al ámbito parlamentario. Ya se tramita en el Senado y que tiene implicaciones para Burgos y Miranda de Ebro.
El senador Carles Mulet, designado por las Cortes Valencianas y que forma parte del grupo parlamentario Izquierda Confederal (donde se agrupan Adelante Andalucía, Més per Mallorca, Más Madrid, Compromís, Geroa Bai y Agrupación Socialista Gomera), ha presentado una pregunta en la Cámara Alta en la que reclama el regreso de los trenes hotel suprimidos por la pandemia, apunta la posibilidad de ampliar la oferta con otros y cuestiona por qué no se aplica la llamada Obligación de Servicio Público a este tipo de oferta.
En su exposición de motivos Mulet recuerda que durante las décadas de los 80, 90 y primeros 2000 funcionaron de forma simultánea varios servicios ferroviarios nocturnos como el Estrella Picasso (Málaga-Bilbao) que tenía parada en Burgos y Miranda de Ebro, así como el trenhotel Galicia que conectaba Barcelona y Vigo a través de la llanura castellana. De igual forma, operaban el trenhotel Francisco de Goya que enlazaba Madrid con París o el también trenhotel Sud Expreso entre Hendaya y Lisboa, todos ellos atravesando la provincia burgalesa.
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