No queda mucho para que comience la temporada alta en las autoescuelas de la provincia de Burgos y a quienes se matriculen en las próximas semanas les conviene saber que este año la Jefatura Provincial de Tráfico introducirá un cambio importante en la organización de las vacaciones de los funcionarios que repercutirá en las fechas en que se podrá realizar el examen práctico. Tradicionalmente el mes de julio se reservaba para que los examinadores de la DGT y los profesores de los negocios disfrutaran de sus días anuales de asueto, de manera que en esos 30 días no se programaba ninguna prueba práctica del carné de conducir. A partir de este año no será así, las vacaciones se podrán coger durante todo el verano y los exámenes se podrán realizar en el séptimo mes del año.
De esta manera, advierte el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, los empleados públicos de la Jefatura «tendrán más fechas para elegir y, al mismo tiempo, los aspirantes dispondrán de un calendario más amplio para planificar cómo se sacan el carné». Una gran parte del alumnado de las autoescuelas lo integran estudiantes que cumplen los 18 años de edad. Una mayoría se matricula a principios de junio, se prepara el teórico, se examina y empieza con las clases prácticas. «Pero cada vez es más común que acorten los plazos del teórico para empezar cuanto antes con la segunda parte, de tal manera que en julio muchos de ellos ya están en disposición de examinarse», afirma Galán, quien añade que «a estas personas no se las puede dejar de dar esa opción».
Ello no quiere decir que en julio los examinadores y los profesores no se vayan a poder coger vacaciones, pero «no podrán irse todos a la vez, deberán hacerlo de manera escalonada, contando con que también disponen de los meses de agosto, de septiembre e incluso de junio». Para este verano la Jefatura dispondrá de seis funcionarios para llevar a cabo las pruebas prácticas, una cifra que el jefe provincial considera «aceptable» para el volumen de candidatos que hay actualmente en la provincia.
Desde el año pasado el sistema para la convocatoria del examen práctico ha cambiado en la provincia de Burgos. La Jefatura apuesta por valorar la formación que da cada autoescuela y establece el cupo de examinados para cada negocio en función de los aprobados en las pruebas precedentes. Es decir, si un centro acumula muchos suspensos tiene derecho a presentar menos alumnos al práctico. Por contra, los que más aprobados poseen cuentan con la ventaja de examinar a más aspirantes. «Lo que se pretende con ello es premiar la buena formación y penalizar a aquellos que presentan alumnos de manera indiscriminada, sin haber medido de la forma adecuada sus capacidades antes de la prueba», explica Galán.
En la primavera del pasado año, las autoescuelas registraron un buen nivel de matrículas, sobre todo en comparación con años precedentes. Con la pandemia, el interés por sacarse el carné de conducir aumentó el año pasado y rompió la tendencia a la baja de los últimos ejercicios.
Varios factores están influyendo en esta decisión, explican desde la Jefatura Provincial de Tráfico. Por un lado, el riesgo latente de contagios cuestionó el uso del transporte público o privado compartido. Hay también personas que ha optado por el teletrabajo y han trasladado su residencia al ámbito rural, por lo que han sido conscientes de la necesidad de disponer de un coche para desplazamientos. Habrá que ver cómo afecta la subida del precio de los combustibles al interés que muestran los jóvenes a la hora de matricularse, algo que empezará a observarse en las próximas fechas.