La Terminal de Contenedores Miranda (TCM) sigue dando pasos para consolidar su apuesta logística al sumar un nuevo tren a Barcelona y abrir una ruta internacional con Portugal. En poco más de un año la infraestructura cuenta ya con cuatro frecuencias semanales al puerto catalán, lo que ha convertido a la ciudad en un punto estratégico en la conexión del norte del país con el Mediterráneo, sin duda un valor añadido a la hora de captar nuevas inversiones.
Aunque ofrecer una vía directa de transporte, eficiente y sostenible con Barcelona ya abre puertas al mercado internacional ya que a partir de ahí se dispone de líneas marítimas a cualquier punto del mundo, TCM nunca ha escondido su intención de explotar al máximo la ubicación geográfica privilegiada de Miranda para que sea un enlace que articule toda la península ibérica con el norte de Europa. Por eso acaba de poner en marcha un nuevo tráfico de productos siderúrgicos con Portugal, el punto de partida de una relación comercial con el país vecino que reafirma el crecimiento paulatino que está experimentando la multimodal ubicada en los antiguos terrenos de Rottneros.
La instalación cuenta con capacidad suficiente para seguir ampliando sus conexiones con otros puertos, y de hecho se han entablado contactos con Valencia o Algeciras. Pero además en el diseño inicial ya estaba prevista la posible construcción de otros dos ramales de vías si fuera necesario.
El primer tren llegó a la TCM en octubre de 2018, solo siete meses después de que comenzaran las obras de un proyecto que en su primera fase rondó los cuatro millones de inversión para la adquisición de los terrenos, la construcción del primer tramo de vía y el acondicionamiento de las campas. Desde entonces se han venido desarrollando servicios de forma regular con Barcelona hasta alcanzar ahora el cuarto tren semanal, siempre a través de Sinergy, operador logístico de la compañía Hutchinson Ports, que abarca la zona de Burgos, La Rioja, Vizcaya, Santander o Vitoria, es decir regiones importantes en materia industrial que agrupan a varias empresas importadoras y exportadoras que gracias a la terminal mirandesa han logrado reducir el tiempo de tránsito de sus mercancías. Las composiciones de sus trenes permiten atender a diferentes sectores, desde el siderúrgico hasta la alimentación.
La puesta en marcha de la terminal logística puso fin a una demanda histórica de la ciudad, que precisaba de una infraestructura de estas características para dar impulso a su política de captación de empresas. La posibilidad de contar con una conexión directa con los principales puertos es un reclamo atractivo que ha hecho que muchas empresas se interesen por implantarse en los polígonos del entorno.
La iniciativa privada de JSV logró algo que la administración pública llevaba años intentando sin éxito ya que estaba prevista la construcción de una terminal en la zona de Ircio con dinero de la Junta pero el proceso se fue dilatando por diferentes trabas legales. Por este motivo tanto el Ayuntamiento como los empresarios piden a la administración regional que asuma la conexión del polígono con la intermodal.
Entre las soluciones planteadas la preferida por todas las partes es la puesta en marcha de un tercer carril en la carretera de Logroño, lo que ayudaría a descomprimir el tráfico por una de las entradas y salidas de la ciudad. Desde la administración local se considera que el ahorro que en su día tuvo la Junta debe repercutir en la ciudad.
Más servicios. Al margen de la plataforma logística, TCM ofrece también un espacio idóneo para la implantación de todo tipo de empresas. De hecho Seur ya ha instalado un centro aduanero y hay todavía disponibles casi 100.000 metros cuadrados de superficie para construir naves o infraestructura a pie de vía con las ventajas que eso supone en cuanto a rapidez, reducción de costes y el aprovechamiento de sinergías, ya que TCM es un centro logístico multimodal en el que se ofrecen servicios complementarios como almacenaje o la reparación de contenedores en el taller propio.