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Carazo repasa el Burgos de su infancia en 'Este chico es tonto'

I.L.H. / Burgos
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Se trata de un libro de memorias literarias en el que el autor enriquece sus recuerdos con una narración fluida y desenfadada, desvelando entresijos de obras como 'El soñador furtivo'

El libro ya está disponible en las librerías o en la página del autor: http://www.jesuscarazo.com. - Foto: Ángel Ayala

Es discreto hasta para escribir sus memorias. No ha querido desvelar los grandes misterios de la humanidad ni los de su atribulada o animada vida. Jesús Carazo (Burgos, 1944) ha decidido repasar los recuerdos de su infancia enriqueciéndolos con una escritura fluida y desenfadada que hacen de ¡Este chico es tonto! un libro de memorias literarias.

En esta obra, que el escritor ha preferido autoeditarse por sentir que se trataba de un libro muy personal, Carazo descubre al niño que estudió en un colegio de frailes estricto y constreñido por la religión, al adolescente que sentía predilección por las niñas rubias de ojos azules, al joven atormentado por la muerte y por la vida y al chaval que se entusiasmaba con algo con tanta facilidad como lo dejaba relegado. «He utilizado los recuerdos como punto de partida de unas memorias que son apuntes literarios. No me interesa tanto el relato de los acontecimientos como los sentimientos, emociones y vivencias», señala el escritor.

Con ¡Este chico es tonto!, exclamación que a menudo le dedicaba su padre ante las supuestas impertinencias de la criatura, Carazo rememora cómo era el Burgos de los años cincuenta y sesenta, cuáles eran las aficiones de los chavales, los miedos de los adolescentes, el sentimiento de culpa que arrastraban por una religión estricta y rencorosa e incluso las relaciones paterno filiales. «Me ha quedado un sabor de boca regular. Recuerdo vivir aquellos años con muchos traumas y con verdadera angustia por las cosas que se me pasaban por la cabeza... Pesaba mucho la rigidez de los colegios y la culpa que nos inoculaban con la religión», añade.

Más intuitivo que racional, el libro contiene un estilo narrativo limpio, ágil y a veces irónico del que el autor se siente especialmente orgulloso. Adentrándose en su historia el lector puede, además, conocer los entresijos de algunas de sus obras como El soñador furtivo, que fue seleccionada por un grupo de especialistas de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez como una de las cien mejores novelas juveniles de todas las publicadas en el siglo XX.

«Estas memorias vienen a ser el envés, el telón de fondo de El soñador furtivo. Las tribulaciones de Tomás, el héroe de aquella novela de aprendizaje, son en realidad el eco de las fantasías y obsesiones de su autor», refleja la contraportada del libro. Y es que ¡Este chico es tonto! descubre esa monótona ciudad castellana de la que el protagonista pretende sobrevivir explorando la selva o escribiendo libros.

Aunque en realidad Jesús Carazo no se planteó dedicarse a la literatura hasta cumplir los 40 años, que es cuando publicó su primera novela. «No me duraba ninguna afición. Todo lo abandonaba, tanto a las novias como a las musas», sostiene al recordar la colección de sellos, su incursión en el mundo del rock, la escritura, la pesca...  «Nunca pensé que la literatura pudiera ser mi única forma de vida -de hecho lo compaginé con mi labor como profesor-. Supongo que mantenía una falta de obstinación, de seguridad en mí mismo...».

Autor de Los límites del paraíso (finalista del Premio Nadal), Último verano en el paraíso (Premio Lope de Vega de Teatro 2004), La ciudad donde habita Caribdis (Premio Sésamo), Secretum (Premio Ciudad de Barbastro) o Los abismos de la noche (Premio Ateneo-Ciudad de Valladolid), entre otros, Carazo descubre también a los seres reales que le sirvieron de inspiración para algunos de estos libros.