El mercado del automóvil sigue de capa caída. Tras un difícil 2021 marcado por la pandemia y que se cerró con un descenso de las matriculaciones en Castilla y León del 13,7 por ciento, enero mantuvo la misma tónica y registró un descenso del 14,1 por ciento, con 1.232 unidades matriculadas, frente al incremento del 1 por ciento en el conjunto de España, donde se matricularon 42.377 turismos.

Los turismos de gasolina matriculados en la Comunidad, sumaron 497 unidades, con un retroceso del 31,8 por ciento; y los diésel, 176, un 45,8 por ciento menos. El resto de combustibles sumaron otros 559 vehículos, con un incremento del 47,1 por ciento. A nivel nacional, la venta de los coches con motores de gasolina se incrementaron un 38,3, los diésel un 16,7 por ciento y el resto un 45 por ciento.

Los datos distribuidos hoy recogidos por Ical, indican que Renault se situó como la novena marca en España por ventas, con 1.822 unidades en el primer mes del año.

Las matriculaciones descendieron en todas las provincias a excepción de Salamanca, donde subieron un 14,97 por ciento, hasta las 169 unidades, y cayeron en el resto de las provincias. En León la caída fue del 1,64 por ciento (240); del 7,62 por ciento en Burgos, hasta las 206 unidades, y del 13,19 por ciento en Ávila (79).

El mayor descenso se registró en Zamora con un 42,59 por ciento, para caer hasta las 62 unidades, seguida de Soria, con un 34,48 por ciento (38); Palencia, donde el descenso fue del 26,14 por ciento (65); Valladolid, con 299 unidades (-22,34 por ciento) y Segovia, que retrocedió un 17,78 por ciento (74).

Por otra parte, en enero se matricularon en Castilla y León 220 vehículos comerciales ligeros, lo que supone una caída del 31 por ciento con relación al mismo mes del pasado año, tres puntos por encima de la caída nacional, y 99 vehículos industriales (-27,7 por ciento), frente al incremento nacional del 13,9 por ciento.

Para la directora de Comunicación de Anfac, Noemi Navas, los datos de enero están muy afectados por la falta de stock por la crisis de los microchips, pero también por la crisis económica derivada de la pandemia que no se acaba de resolver. "La situación coyuntural es mala pero lo cierto es que se pueden tomar iniciativas para no profundizar en la crisis. Una mayor presión fiscal sobre la renovación complica la situación, retrae al consumidor y penaliza la descarbonización. No podemos considerar que estas cifras son adecuadas para el sector en España porque están lejos de ser el mercado fuerte que nos corresponde. De este modo, la industria se está debilitando y no solo no puede contribuir a la recuperación de la economía, sino que corre el riesgo de perder la relevante posición que ostenta en términos de PIB y empleo de calidad en España", asevero.

Por su parte, el director de comunicación de Faconauto, Raúl Morales, se manifestaba en la misma línea y aseguraba que los datos de enero confirman que la automoción se está quedando fuera, de momento, de la recuperación general que sí están protagonizando otros sectores.