El medio rural solo perderá dos concejales estas elecciones

R.E. MAESTRO
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Catorce municipios burgaleses reducirán el número de ediles tras el 28 de mayo, mientras otros trece conseguirán aumentarlo. De 2010 a 2018 se perdieron hasta 68 corporativos, por lo que ahora hay una contención; en total se elegirán 1.843

Hasta 165 municipios ganan vecinos. En imagen, Pampliega, que suma 4. - Foto: Jesús J. Matías

El medio rural ha conseguido en los últimos cuatro años moderar su caída de población y eso se ve directamente reflejado en los concejales que se van a elegir en las elecciones del 28 de mayo, donde únicamente habrá dos ediles menos en el conjunto de la provincia de Burgos con respecto a los anteriores comicios. Desde 2010 a 2018 se perdieron por el camino hasta 68 corporativos, por lo que ahora las cifras se contienen y en esta ocasión serán un total de 1.843.

Los catorce municipios que perderán concejales son Avellanosa de Muñó, Celada del Camino, Fresneda de la Sierra Tirón, Fuentemolinos, Las Hormazas, Oña, Pineda de la Sierra, Pinilla de los Barruecos, Rabanera del Pinar, Rebolledo de la Torre, La Revilla y Ahedo, Santa María del Mercadillo, Valdeande y Villaescusa de Roa. Cada uno de ellos tendrá dos ediles menos.

Por otro lado, desde las últimas elecciones que se celebraron hay  trece pueblos burgaleses que han crecido lo suficiente como para contar con dos concejales más. En esta situación se encuentran el Alfoz de Santa Gadea, Cubillo del Campo, Cubo de Bureba, La Cueva de Roa, Fuentelcésped, Fuentelisendo, Grijalba, Mambrilla de Castrejón, Quemada, Revilla del Campo, Santa Cruz del Valle Urbión, Sarracín y La Vid y Barrios.

En la mayoría de los casos estas subidas o bajadas se deben al hecho de superar o no la barrera del centenar de empadronados, lo que supone que se escojan tres o cinco concejales. Algunos pueblos como Avellanosa de Muñó y Bozoó se han quedado con 100 vecinos, a solo un vecino de obtener dos concejales más. En La Cueva de Roa, en cambio, rebasan el límite por la mínima y llegan así a los 101.

En el caso de Fuentelcésped, Quemada, Sarracín y La Vid y Barrios han logrado mejorar la cifra de 250 vecinos y por ello pasarán de cinco a siete ediles. Por contra, Oña pasará de los nueve a los siete después de perder 48 habitantes en los últimos cuatro años y quedarse en 976, sin llegar así a los 1.001 que se requieren. El último padrón que se aprueba de manera oficial es el del año 2022, por lo que estos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística son lo que se tomarán de cara a estas elecciones.

La ciudad continuará eligiendo a 27 concejales, pese a que protagoniza el mayor descenso de población de toda la provincia con 2.438 habitantes menos que en el año 2018 y se queda así en 173.483. Miranda de Ebro resta 238 habitantes y desciende hasta los 35.239, pero mantiene sus 21 ediles. Ese mismo número tendrá Aranda de Duero, aunque en su caso ha sumado 649 vecinos más para alcanzar ya los 33.172. Así, si se tiene en cuenta únicamente la suma de lo que han perdido las tres grandes ciudades la cifra asciende hasta los 2.027 vecinos, por lo que ahí se encuentra una de las principales explicaciones al dato general de la provincia, donde hay 2.025 personas menos en total que en 2018.

Tanto Briviesca como Medina de Pomar mantienen sus trece concejales, barrera que marca los 5.000 vecinos. Eso sí, la localidad de la Bureba sufre una de las mayores caídas con 301 empadronados menos (6.374) mientras la de Merindades sube en 40 personas (5.856). Con once ediles hay cinco municipios, que son Lerma, Roa, Valle de Mena, Villarcayo y Quintandueñas. En quince localidades tendrán nueve ediles y en este apartado se encuentran, por ejemplo, Arcos, Belorado,  Melgar de Fernamental, Villadiego, Ibeas de Juarros, Pradoluengo o Valle de Mena. La lista continúa con los 80 pueblos que contarán con siete miembros en su equipo de gobierno, los 100 que tendrán cinco ediles y los 166 donde habrá tres.

Los que suman vecinos. Más allá de los concejales, uno de los grandes retos del medio rural pasa por frenar la despoblación y tratar de revertir la situación ganando vecinos. Y un buen puñado de pueblos ya ha conseguido ese objetivo durante los últimos cuatro años. Concretamente, 165 municipios han incrementado el número de empadronados en este tiempo.

Tanto la Ribera como el Alfoz de Burgos se han convertido en dos de las zonas que más crecimiento han experimentado. Aranda es la localidad que más habitantes gana (649), seguida de Valle de Mena (291), Quintanadueñas (194), Arcos de la Llana (156) y Modúbar de la Emparedada (120). Y dentro de esta lista de los que han conseguido en mayor o menor medida aumentar población se encuentran otros municipios como Basconcillos del Tozo, Buniel, Tardajos, Salas de los Infantes o Villagonzalo Pedernales.

En el lado opuesto se encuentran aquellas localidades que en este tiempo han perdido población. La ciudad de Burgos (2.438), Briviesca (301), Miranda (238), Villarcayo (265) y Quintanar de la Sierra (133) sufren las mayores caídas.