El fotógrafo a pincel de bodegones y flores

B.A.
-

Salas de los Infantes recuerda el 50 aniversario de la muerte de José María del Río Moreno, uno de sus vecinos más ilustres, con la muestra de sus obras, algunos objetos y fotografías. Sonadas eran sus fiestas en elPalacio de Cultura

En la muestra se pueden ver algunos de los cuadros en los que dibujó flores de distintos tipos y colores. - Foto: F2estudio

Si hubo un lugar que marcó la obra y vivencias del pintor José María del Río Moreno (1913-1972) fue Salas de los Infantes. En la ciudad milenaria, de la que era originaria su familia, pasó gran parte de su vida -la otra en Madrid- y fue también donde más pintó, de ahí que entre su amplia producción se encuentren retratos de personas de Salas o de pueblos de su entorno, también bodegones con productos típicos de la zona. Ahora, con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento, el Ayuntamiento de la localidad le dedica una amplia exposición que puede verse desde hoy en distintas salas del Teatro Auditorio Gran Casino, un interesante recorrido por la trayectoria del conocido como pintor de Salas, que fue también uno de sus más ilustres vecinos. 

El itinerario para conocer más sobre este interesante artista comienza en el recibidor del teatro, donde 5 carteles de gran tamaño explican con gran detalle su biografía. Hijo de Honorato del Río y Gregoria Moreno, que hicieron dinero en Madrid, José María del Río Moreno dedicó su vida a pintar, y también a disfrutar. Sonadas eran las fiestas que organizaba en el hoy Palacio de Cultura, un edificio que su padre compró en 1929 y que recuperó de las ruinas para convertirlo en su chalet de verano y donde Del Río instaló su taller en la planta baja. Conocida entonces como Villa del Río Moreno, por ella desfiló desde 1940 lo más chic de Madrid, como detalla Diego Montero, uno de los salenses que más ha indagado en su vida y obra. Entre ellos personalidades del mundo de la cultura como Antonio Ruiz Soler, Ataulfo Argenta o José María Caffarel. 

Una de sus últimas voluntades fue que este edificio revirtiera en el municipio. Así, en 1975, sus hermanas formalizaron la venta del inmueble al Ayuntamiento por 8.160.000 pesetas, siendo alcalde Julián Ruiz Molinero. Hoy, el inmueble sigue siendo un lugar de encuentro cultural, en él está la biblioteca, un espacio para charlas o proyecciones y la guardería. Además de información escrita, estos paneles situados en el hall ofrecen muchas fotografías sobre el pintor. En ellas se le puede ver en algunas de esas fiestas, también en los floridos jardines de la villa, en la inauguración de la plaza de toros de Salas en 1956 o pintando en Castrovido. 

Siguiendo con la muestra, en la primera planta se presentan alrededor de una veintena de sus cuadros. Gran especialista en bodegones, sus obras son prácticamente fotografías, donde se ven a un grupo de perdices y una libre, salmonetes, pepinos y berenjenas y muchas flores. También retratos, como el de un pastor de Villanueva, el del tío Vidal, el de un señor de Barbadillo o el de una mujer de Salas de unos 30 años y que realizó a lápiz. Entre ellos, también un autorretrato y un paisaje pintado desde Arroyo de Salas. Óleos sobre lienzo y también sobre madera, donde se conoce la autoría de Del Río, además de por la firma, por una manía suya, la de limpiar los pinceles en el reverso de la obra. 

La mayor parte de estas piezas el 80%, pertenecen al Ayuntamiento de Salas, ya que se encontraban en el edificio del Palacio de Cultura cuando éste lo adquirió. Algunas de ellas cuelgan habitualmente de las paredes de la Casa Consistorial y del Palacio de Cultura, otras están guardadas. El resto proceden de colecciones privadas que han cedido las obras para esta muestra. Han llegado de Madrid, Barcelona, Bilbao e incluso de París. «Fundamentalmente, sus propietarios las han adquirido en subastas. Algunos de ellos nos han comentado su interés por venderlas, así que algunos de los cuadros expuestos están a la venta», comenta Constantino Ruiz, concejal del Ayuntamiento de Salas. 

Vídeo y objetos. La segunda planta del teatro es la tercera y una última parada de esta muestra conmemorativa. En ella se puede ver el documental de 15 minutos de duración que Diego Montero realizó de él en el año 2010 y también algunas de las obras que sobrevivieron al incendio del Palacio de Cultura a principios de los noventa. «Están deterioradas y ahumadas, por el incendio y por el paso del tiempo, por eso el Ayuntamiento ha decidido contar con un restaurador para que las recupere, sino todas, la mayor parte de ellas», explica Constantino Ruiz. En este espacio también hay un tapiz y algunos objetos recuperados de esa Villa del Río Moreno, como un jarrón y unas mesas. 

Quiénes le han investigado, definen al artista como una persona muy humana, obsesionada por ayudar a los demás. Criticado en ocasiones por su estilo de vida y su orientación sexual, se quitó la vida con 59 años. «Desde entones ha sido ignorado», cuenta Diego Montero, quien refiere cómo a pesar de haber sido uno de los grandes pintores de mediados del siglo XX ha estado olvidado por la crítica. 

La muestra estará abierta al público hasta el viernes 30, de 19 a 20.30 horas.