Marisoles y Joselitos

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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En la última década, la Junta ha autorizado a 131 menores en Burgos a realizar el único trabajo que les está permitido en España: la participación en espectáculos públicos

Alexia Poza, bailarina. - Foto: Alberto Rodrigo

Probablemente todavía hay personas que recuerdan cuando en esta ciudad -y en este país- no era infrecuente que adolescentes y niñas y niños trabajaran en labores domésticas, haciendo recados e incluso en fábricas y tajos. La abolición del trabajo entre menores de edad que, por desgracia, aún pervive en muchos países y de forma ilegal también han dado algunos casos en nuestro entorno, fue una lucha que se ganó -al menos sobre el papel- en la década de los 60 del siglo pasado, justo, precisamente, cuando triunfaban en el espectáculo los denominados niños prodigio como Marisol o Joselito.

En la actualidad, el Estatuto de los Trabajadores es tajante al respecto, prohíbe que los menores de 16 años desarrollen actividad laboral alguna y regula con detalle aquellas que pueden hacer los que tienen entre esta edad y los 18, de las que se excluyen, por ejemplo, el trabajo nocturno o las horas extraordinarias.

Solo hay una salvedad a esta norma: los espectáculos públicos. Así, cualquier niña o niño pueden participar en ellos si son autorizados expresamente por la autoridad laboral y siempre "que no suponga peligro para su salud ni para su formación profesional y humana".

Celia Hernando, con diadema blanca, en un momento de ‘Sonrisas y lágrimas’.Celia Hernando, con diadema blanca, en un momento de ‘Sonrisas y lágrimas’.

En Castilla y León es la Junta la que expide este visto bueno para que los menores puedan participar en cine, teatro, publicidad u otras actividades catalogadas como espectáculos y en la última década ha aprobado 131 solicitudes en la provincia de Burgos y 841 en toda la comunidad autónoma.

El padre, la madre o la persona que ostenta la representación legal del menor están obligados a firmar una declaración en la que atestigüen que ostentan la patria potestad del menor, que le autorizan expresamente a intervenir en el espectáculo de que se trate, que la intervención del menor "no supone peligro alguno para la integridad física, ni para su formación profesional y humana" y que el niño o la niña han sido seleccionados para el espectáculo estando acompañado por alguno de sus padres.

Las peticiones de autorización que ha registrado la Junta han sido para los más variados espectáculos: desfiles de moda, teatro, musicales, spots publicitarios... Desde el año 2013 la estadística que publica la Administración regional incorpora, además, el detalle de cada una de las actuaciones, entre ellas están los musicales La bella y la bestiaSonrisas y Lágrimas y Los Miserables, un spot publicitario de Movistar, un anuncio titulado Tu historia dentro de la historia, un espectáculo circense de nombre Gran Circo Wonderland, la serie de televisión Conquistadores Adventum, un anuncio de turismo en Castilla y León que se grabó en Atapuerca y frente a la Catedral, espectáculos circenses en Burgos, Medina de Pomar, Espinosa de los Monteros y Villarcayo o una sesión fotográfica de promoción turística de Castilla y León, también el ballet El Cascanueces.    

 

"TE COJAN O NO, UN CASTING ES UNA GRANDÍSIMA EXPERIENCIA"

La bailarina Alexia Poza y Celia Hernando, cantante, se presentaron por primera vez a un papel en el musical ‘Sonrisas y lágrimas’ y fueron elegidas 

Tiene clarísimo que quiere dedicarse a alguna disciplina artística, preferentemente al ballet, y para ello, Alexia Poza trabaja intensamente. Tiene 15 años y ya está en cuarto curso de Danza Clásica nivel Profesional -se compone de seis- y ha pasado los cuatro del nivel Elemental, aunque está enamorada de cualquier forma de baile: "Siempre he tenido muy claro que quería bailar y al principio me tiraban más los estilos modernos, el hip-hop, el funky... pero mis padres me dijeron que la base de todo es la danza clásica y empecé a interesarme por el ballet, entré en el Conservatorio y ahora me encanta".

De forma paralela a esta formación -que le exige una férrea disciplina que cumple a rajatabla, ya que compagina las 21 horas semanales de Conservatorio con sus estudios- Alexia se ha presentado ya a varios castings. El primero, fue en 2014. Apenas tenía 9 años y optó a hacer el papel de Marta, una de las hijas del capitán Von Trapp, en el musical Sonrisas y lágrimas. Y fue elegida: "Estaba muy nerviosa, era la primera vez que hacía algo así pero luego cuando lo hice me sentí bien, lo disfruté mucho. Salí muy contenta y fue una experiencia muy completa porque aprendí un montón, conocí a otros niños y me lo pasé muy bien". En este espectáculo fueron varios los menores elegidos para los mismos papeles, de tal manera que se pudiera cumplir el horario y no excederse. 

Después  -con el gusanillo de la interpretación ya dentro- probó suerte en las pruebas para Los Miserables, siempre acompañada de sus padres, que la apoyan intensamente y que han hecho que la niña tenga la cabeza muy bien amueblada, porque aunque desea dedicarse profesionalmente a una modalidad artística, en sus planes está también estudiar el grado superior de Pedagogía de la Danza que le pueda abrir las puertas de la docencia. "En esa ocasión no pudo ser pero el proceso de prepararlo fue muy interesante porque tuve que cantar, que no es lo mío, y aprendí muchísimo". Además, ha hecho de figurante con el ballet  que interpretó el año pasado El Cascanueces  y ha preparado un par de veces una vídeoprueba para el programa de Televisión Española Prodigios: "Me presenté a la primera edición y para la segunda me llamaron ellos para que lo hiciera otra vez. No me eligieron pero no me desanimo. Te cojan o no un casting es una grandísima experiencia".

Alexia da un consejo a otras niñas que quieran dedicarse también al espectáculo: "Hay que aprender a canalizar los nervios, yo respiro mucho, me visualizo haciendo la prueba e intento convencerme de que lo voy a hacer bien y también me digo que me he esforzado mucho para que salga bien pero que si no es así, no pasa nada".

Por su parte, Celia Hernando, que ahora ya es mayor de edad, también fue elegida cuando tenía 12 años para el mismo papel que Alexia. Fue ‘otra Marta’ en Sonrisas y lágrimas para que ninguna de las menores sobrepasara el tiempo estipulado de trabajo. Afirma esta joven, que ya ha hecho varios pinitos como cantante, que la experiencia fue increíble. "Los ensayos eran intensivos, 5 y 6 horas al día, pero no se me hicieron pesados porque estaba haciendo algo que siempre había querido. Desde el momento en el que entras te das cuenta de la responsabilidad que tienes y del empeño y madurez que has de poner en ello porque trabajas con un montón de profesionales y para un público que va a pagar para ver un espectáculo. Lo repetiría mil veces. Los artistas se portaron genial y nos hicieron disfrutar al máximo, es algo que me llevo para toda la vida".