Rompiendo la línea temporal para rematar el 25 Sonorama Ribera

I.M.L.
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Un concierto grupal remató la celebración con jóvenes y consagrados poniendo voz a clásicos de Raphael, Amaral, Los Planetas o Jarabe de Palo

Jordi Évole cantó Emborracharme, de los Lori Meyers. - Foto: Alberto Rodrigo

La electricidad que dejó el espectáculo de C. Tangana en el recinto del Picón flotaba en el ambiente cuando se encendieron las velas de la tarta del 25 aniversario, el concierto especial que dirigió Charlie Bautista con un repertorio y colaboraciones para todos los gustos y edades. Desde los míticos Shuarma, que interpretó Te quiero como una declaración al festival, Xoel López, que volvió a dare vida a Que no de Deluxe, o Mikel Erentxun, que no faltó con dos de sus himnos. Se relevaban en el escenario con emergentes consagrados como Toni de Arde Bogotá, que no e tuvo miedo a confesarse fan de Jonh Boy, Kuve, que hizo alarde de voz, o Alberto de Miss Cafeína, que hizo presentes en el recinto a Supersubmarina. A ellos se sumaron  nombres que empiezan a sonar, encabezados por Gara Durán, junto a Jack Bisonte, por Amaral, Dani Fernández que atacó Un buen día o Marisa Valle Roso, con Valiente de Vetusta Morla.

Ni un alma quiso perderse este rosario de temazos e interpretaciones distintas, coreando todas y cada una de ellas, con los brazos en alto procurando que sus voces llegasen hasta el infinito, para que lo oyese Pau Donés, que estuvo presente con su Grita en modo coral para cerrar este regalo, envuelto con mimo y rematado con un gran lazo que sorprendió a propios y extraños, casi a él mismo. Y es que Jordi Évole apareció en mitad del concierto para encarnar a todos y cada uno de los sonorámicos que alguna vez han saltado y cantado con Emborracharme de Lori Meyers.

Si el concierto de hace cinco años fue apoteósico, el de este 25 aniversario pone el listón muy alto y no se lo pone fácil a quien se haga cargo de próximo regalo musical en Sonorama Ribera.