La Policía Local patrulla 7 noches de cada 15

S.F.L.
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La falta de agentes en la plantilla de Briviesca (10) imposibilita cubrir el turno el mes completo porque para ello deben meter horas extras

Briviesca decretó el cierre de parques y paseos de las madrugadas de agosto para frenar botellones y reuniones sociales. - Foto: S.F.L.

La entrada en vigor del toque de queda no ha provocado que el calendario laboral de 2020 de la Policía Local de Briviesca se modifique por el momento, por lo que continuarán cubriendo siete noches cada dos semanas. El servicio nocturno se retomó en agosto coincidiendo con la semana de las fiestas patronales de Nuestra Señora y San Roque -que no se celebraron- y se mantendrá durante los últimos meses del año, tal y como quedó establecido.

«Si la plantilla estuviese formada por dos agentes más como mínimo se podría patrullar durante todas las noches pero en nuestro caso, con diez trabajadores, nos resulta imposible», declaran fuentes oficiales del cuerpo. La única posibilidad para que desde las 22 horas hasta las 6 de la mañana exista una vigilancia por parte de la Policía Local es que los agentes trabajen horas extras. «Lo ideal sería que los tres turnos estuviesen cubiertos pero el calendario es inalterable y está fijado así. Ante la falta de efectivos tiene que haber voluntariedad por la plantilla que está trabajando», aclaran desde las dependencias briviescanas.

El servicio de vigilancia nocturno del cuerpo municipal dejó de funcionar de continuo hace poco más de un año y, desde entonces hasta el mes de agosto, las noches de la capital burebana quedaron sin la custodia de los agentes, que han constatado como las guardias de madrugada ayudan a evitar a que la gente se reúna en espacios públicos incumpliendo las normas marcadas por la comunidad autónoma. «Hasta que no comenzamos a trabajar en este horario resultaba imposible controlar las reuniones de los más jóvenes en zonas al aire libre. Llegamos a recibir múltiples quejas por parte de los vecinos desde que finalizó el primer estado de alarma sobre las veladas nocturnas en parques y paseos de la ciudad», aclaran desde la Policía.

Tal fue el escándalo que el alcalde de la ciudad, Álvaro Morales, aprobó un decreto en el que se dictaminó el cierre de dichas áreas con el fin de frenar el botellón y otros comportamientos nocivos para la salud pública en Briviesca y así evitar que los casos de coronavirus se expandieran con rapidez. Sin embargo, esta medida solo se mantuvo durante agosto y a partir de septiembre, los parques y paseos se volvieron a dejar abiertos de 0 a 7 horas.

A lo largo de la semana en la que el servicio nocturno se reinició después de un año -del 9 de agosto hasta la madrugada del 17- los agentes interpuesto 31 denuncias por botellón y ruido. Era verano y en esas fechas estaba prevista la celebración de las fiestas. «La gente joven aprovechó a salir más de la cuenta. El hecho de precintar las zonas más conflictivas para frenar las quedadas multitudinarias tuvo su efecto», afirma uno de los agentes que trabajó en esos días.

Ahora, los espacios públicos de Briviesca cuentan con el control de la Guardia Civil a diario y de la Policía Local una semana sí y otra no. Dependerá de los propios agentes trabajar de las noches que queden sin cubrir.

Una conducta ejemplar de los briviescanos. La noche del pasado sábado entró en vigor el toque de queda en Castilla y León y a partir de las diez de la noche las calles de Briviesca quedaron totalmente vacías. No obstante, dos agentes de la Policía Local patrullaron por el municipio vigilando que la nueva normativa se cumplía. Durante las ocho horas en las que es obligatorio permanecer en casa únicamente se toparon con tres personas, dos de ellas se dirigían a sus respectivos domicilios minutos después de las hora marcada por la comunidad y una tercera iba al centro de salud con el respectivo justificante, ya de madrugada.

Un comportamiento «ejemplar» de la ciudadanía hizo que los agentes no tuvieran que interponer denuncias. Fuentes del cuerpo aseguran que se muestran «muy satisfechos de que los vecinos cumplan las normas y den ejemplo», concluyen.