Proyecto quebradizo

J.A.D.C.
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La Arandina continúa dando señas de fragilidad defensiva a pesar del paso de las jornadas. El empate del Burgos el miércoles apenas dos minutos después del gol ribereño, lo confirma

Imagen de uno de los goles encajados por la Arandina ante el Santa Marta hace tres jornadas. - Foto: Julio Calvo

Regresan los fantasmas a El Montecillo. Cuando parecía que el conjunto que dirige Jordi Fabregat había logrado encarrilar las prestaciones de su proyecto tras imponerse contundentemente en La Bañeza (0-4), y sumar de tres ante el Cristo (2-0), la última derrota contra el Bembibre y la facilidad del Burgos para empatar el miércoles en el trofeo Virgen de las Viñas, ha devuelto a los blanquiazules a una peligrosa realidad: la de la falta de contundencia en las áreas.

La situación no es nueva. Descrita ya por el propio técnico ribereño hace varias ruedas de prensa, la escasa definición de la Arandina en los momentos cruciales ha propiciado que el equipo acumule seis puntos menos en su casillero de los que podría llevar una vez celebradas cinco jornadas de liga. Números que le han privado de ubicarse por el momento dentro de los puestos de playoff y que amenazan con alejar a la entidad burgalesa este próximo domingo de los mismos una vez que la plantilla disfrute de su obligada jornada de descanso fruto del número impar de clubes este año en el Grupo VIII.

De momento el escenario en que se mueve la Arandina no es peligroso, puesto que apenas se ha disputado un 10% de la temporada, pero sí hace ofrecer dudas a los aficionados en cuanto a dónde pueden ubicarse las aspiraciones del nuevo proyecto. Más aún, cuando el Atlético Bembibre, colista hasta el pasado sábado con cero puntos, se trataba de un equipo que no había conseguido ver portería desde que el actual curso diera el pistoletazo de salida.

Tampoco las sensaciones, a pesar de la victoria pasada ante el Cristo Atlético, terminaron por convencer a la parroquia blanquiazul. Desde luego no cuando, por empuje y despliegue sobre el césped, los palentinos merecieron objetivamente un premio mayor en la segunda mitad ante los ribereños que el que finalmente pudieron obtener.

 

REFUERZOS. Hasta hoy la entidad del Duero no se ha pronunciado, pero entorno y gran parte de la afición tienen claro desde hace semanas que hace falta reforzar la plantilla. Se antoja imprescindible apuntalar la defensa con un central diestro que acompañe al teórico titular, Diego Rubio (puede jugar en ambos lados), en el centro de la zaga, y un delantero referencia que dé competencia y eleve el nivel -aunque esté siendo bueno en el inicio de curso-, tanto de Fran Adeva como de Diego Abad. Piezas que deberían llegar con planificación, pero que no tendrían que dilatar su aterrizaje excesivamente en el tiempo si la Arandina pretende mantenerse cerca de los puestos cabeceros en liga y, sobre todo, no pagar caro el desgaste físico que la Copa RFEF pudiera ocasionar.