El espíritu mochilero se sumerge en las letras

S.F.L.
-

El escritor y viajero Agustín Molleda publica 'El cielo después de Perú', una de las cuatro novelas que escribió durante el confinamiento

El aventurero en uno de sus múltiples viajes a Francia. Aquí se encontraba en Orleans. - Foto: A.M.

Mochilero antes de que el término se pusiera de moda y amante de los caminos desde que tiene uso de razón. Acompañado y en solitario; por España y el extranjero; en avión, coche, tren o andando… Siempre con lo justo aunque entre su escaso equipaje no puede faltar una libreta, un par de bolígrafos y ya en los últimos tiempos un ordenador portátil. Un llanero solitario que aprovecha sus viajes no solo para mezclarse con las culturas locales, sino para dar rienda suelta a su creatividad y crear historias. Aquellas que cuando llega a los albergues donde pernocta -apenas lo hace en hoteles- comienza a desarrollar sin tregua. Agustín Molleda, trotamundos y escritor a partes iguales, guarda en su retina miles de capturas que le sirven para ampliar su universo literario.

Nacido en León, vecino de Gijón y de Salas de Bureba de corazón, los 25 países visitados sin olvidar que apenas se ha dejado grandes caminos españoles sin ‘patear’, ayudan a que una mente de 71 años «nunca cese de trabajar». Para los amantes de coleccionar sellos en los pasaportes la pandemia se ha vuelto en su peor enemiga. Para Molleda no tanto. Supo exprimir bien las 2.376 horas que tuvo que permanecer encerrado en casa como consecuencia del primer estado de alarma decretado el 15 de marzo de 2020, y de esa situación de caos nació El cielo después de Perú, una novela protagonizada por un hombre mayor que aterriza en Lima y comienza su aventura junto a una joven finlandesa que conoce en un hostal. 

Se ha empeñado en contar sus vivencias mezclando la realidad con la ficción y «la gente que me conoce se preguntará qué hay de verdad y de mentira entre las páginas. Mi respuesta es clara: lo que cada uno quiera, queda a la imaginación e interpretación del lector», expone entre carcajadas el escritor. Un viaje que le marcó -no tanto como el de la India- por la cantidad de sensaciones encontradas desde el momento en que el avión despegó del aeropuerto de Barajas. 

El guiño que hace en el título al cielo tiene su explicación. «Perú es un país encantador pero a la vez peligroso», afirma. Durante un mes conoció parte de su territorio y en ese tiempo le atracaron dos veces a punta de pistola, otra a punta de navaja y fue testigo de un asesinato, en el que «por los pelos la víctima no fui yo», recuerda. Además, se topó con algunas otras situaciones un tanto comprometidas que le hacían pensar en el Edén más de lo que le gustaría. Aún así, tanto lo bueno como lo malo lo apuntó y utilizó después para dar forma a su trabajo. 

Pero además de viajar a países exóticos de cuatro continentes, otras muchas ideas surgen de las caminatas en su patria y territorios aledaños como Portugal y Francia, que se los conoce al dedillo. Calcula que ha recorrido más de 15.000 kilómetros a pie entre los tres y que lo primero que hará una vez se relajen las restricciones será la etapa que une Cádiz con Jaén del Camino de Santiago Mozárabe. 

En las próximas semanas pero aún sin fecha marcada publicará la segunda de las cuatro novelas que escribió en plena pandemia. El eslabón perdido de Dios se desarrolla en un marco menos lejano pero igual de encantador. No quiere dar demasiadas pistas sobre la obra pero el escritor adelanta que la trama se centra en un párroco de la iglesia del Mercado de León, el cual se plantea iniciar su camino como peregrino hasta Santiago de Compostela. Respecto a los otros dos trabajos pendientes, el escritor asegura que se editarán lo «antes posible porque ya se encuentran prácticamente horneados».

Trayectoria. Tras finalizar su vida laboral, se inicia en el apasionante mundo de la literatura, publicando a comienzos de 2015 su novela Anjara. También la controvertida trilogía San Cayetano, que pone al descubierto los desmanes que la orden religiosa de los Terciaros Capuchinos de León, y El viacrucis de Katharina e Hispania ambulatas.