Son sus primeros Sampedros desde el otro lado, desde el lugar en el que se ve a quienes gozan de la fiesta, desde el mirador de quienes han de ser fedatarios de cuanto sucede cuando suena la música, estallan los fuegos artificiales, se desata la diversión y la alegría. Es burgalesa, se llama Marina, es periodista, y esta es la primera vez en la que vive las fiestas de San Pedro libreta y bolígrafo en mano. No tiene ni vértigo ni miedo: lleva la profesión por dentro y se muestra ilusionada, expectante y, eso sí, cargada de responsabilidad. Hasta ahora, y salvo los dos años que le ha robado la malhadada pandemia, lo que más ha disfrutado de los Sampedros ha sido la noche, «salir con mis amigos, ir a las verbenas, a los conciertos...». Le apasiona la música, así que no constituirá ningún gran desafío para ella enfrentarse a la crónica de un concierto, cualquiera que sea el que le toque, aunque admite que es fan de La M.O.D.A. «Como burgalesa, como para no», apostilla sonriendo.

Asume que este año «trasnocharé algo menos»: he ahí una chica responsable, que quiere estar fresca para abordar el fragor de las crónicas festeras lo más fresca posible. Admite que no le ha dado muchas vueltas al hecho de que vaya a debutar como plumilla de mérito en estos Sampedros: «He pensado en ello, pero tampoco mucho. Creo que voy a vivir las fiestas desde un lado diferente. Eso sí, me hace ilusión contarlas, porque es mi ciudad y las he vivido siempre. Poder dar mi visión de las fiestas me parece interesante y creo que me motiva. Voy a disfrutar las fiestas pero de otra manera. También siento cierto peso, una responsabilidad con mi ciudad y espero estar a la altura». Al margen de la música, le llaman la atención a Marina todos aquellos actos en los que estén implicadas la reina y las damas (que son la mayoría, algunos bien importantes y lucidos, como la ofrenda floral a la Virgen). «Me gusta mucho la tradición y me gustaría poder escribir sobre algunas de estas citas».

Se reconoce 'sampedrera'. «No me he perdido ni unas fiestas, salvo por culpa de la pandemia. Siempre he estado aquí para vivirlas». No pertenece a ninguna peña, pero con su grupo de amigas se confeccionaron un peto para ir ataviadas conforme dicta el jolgorio». No es amiga de los toros, y algo más de los fuegos artificiales. Y de la feria de tapas, especialmente la que suele ponerse en la plaza de España. De niña tiene el recuerdo del parque de Mero el Jardinero y de alguna jornada en las barracas. Tendrá que estar atento el lector a las crónicas de Marina: con tanta ilusión, con tanta voluntad, con esa responsabilidad que destila esta joven periodista, van a ser estupendas. Seguro, seguro.