Los heridos graves en carretera caen a la mitad en un lustro

I.E.
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El jefe provincial de Tráfico cree que el bajón obedece a las mejoras de los coches en seguridad, a la mayor responsabilidad del conductor y a las infraestructuras

En este accidente en la carretera de Arcos, una mujer sufrió el año pasado fracturas graves. - Foto: Alberto Rodrigo

Las estadísticas sobre siniestralidad vial ponen el foco normalmente en el número de fallecidos en accidente, pero obvian que las carreteras se cobran heridos graves, muchos de los cuales arrastran secuelas de por vida. Por fortuna, estas víctimas también han caído en los últimos años y a buen ritmo. De hecho, en el último lustro han caído a la mitad, según los datos que ha ofrecido el Ministerio del Interior. Si en la provincia de Burgos en 2015 se registraron un total de 98 hospitalizados tras un siniestro, esa cifra cayó a 44 el pasado ejercicio, lo que representa un descenso porcentual del 55%.

El número de accidentes con víctimas (incluidos los lesionados leves) no disminuyó en la misma proporción, cayó un 16%, al pasar de los 309 de 2015 a los 258 del ejercicio pasado. 

Esta diferencia lleva al jefe provincial de Tráfico a hacer varias reflexiones. La primera, que no existe una sola razón que explique el descenso de la siniestralidad, "sino que es achacable a varias". Así, Raúl Galán sostiene que existe una mezcla entre "las mejoras en seguridad de los vehículos, la mayor responsabilidad de los conductores y la modernización de las infraestructuras".

Con los datos resulta evidente que la incorporación de más medidas de protección para los ocupantes de los automóviles ha influido en la reducción tanto de la cifra de fallecidos como de heridos graves. Por ello se explica que el número de accidentes no haya caído tanto como el número de hospitalizados, los primeros un 16% y los segundos un 55%. "Los turismos de ahora salvan vidas y reducen la gravedad de las lesiones, es decir, perdonan más los fallos en la conducción", afirma el jefe provincial.

Por ello, Galán y la propia DGT están preocupados por los siniestros que sufren motoristas y ciclistas, que "están más expuestos que los ocupantes de los coches". "Hay que trabajar en ello porque estos colectivos no se benefician -como es lógico- de las mejoras que incorporan los coches en seguridad", indica. También "hay que tener en cuenta -recuerda- que en los últimos años se han incrementado en gran proporción los usuarios de motocicletas y de bicicletas", un hecho que puede explicar el aumento de la siniestralidad entre ellos.

La actitud más responsable de los conductores también explica la disminución de los accidentes, debido en gran medida al temor a la pérdida del carné y a cumplir penas de prisión tras la entrada en vigor del permiso por puntos y el endurecimiento del Código Penal para los delitos contra la seguridad vial.

Todo "este conglomerado" de causas, a las que hay que añadir la mejora de las carreteras, conlleva "un ahorro de sufrimiento para las familias, tanto para las que pierden un ser querido como para las que han de ocuparse de un lesionado medular, y un ahorro económico tanto para la Administración como para la sociedad en general, pues caen también las indemnizaciones de los seguros, las prestaciones por incapacidad, etc".