Sin cordones que impidan acercarse al lienzo ni luces artificiales. A la altura de los ojos, a tamaño real y tan cerca como para que se puedan tocar se presentan 50 reproducciones de los mejores cuadros del Museo del Prado. La gran calidad de las fotografías permite observar el craquelado de la pintura, las uniones de los lienzos y, por supuesto, los más mínimos detalles creados por el pintor. A estar reproducidos a escala, no siempre está el cuadro completo, pero la escena que se destaca está al tamaño en el que se pintó.

La exposición 'El Museo del Prado en las calles' se ha inaugurado esta mañana en el paseo Marceliano Santa María, un guiño de la ciudad que ha elegido esa ubicación para tener presente al pintor burgalés, que dispone de cinco obras en el catálogo de la pinacoteca nacional, aunque no se expongan allí: Angélica y Medoro (está en Burgos, en el fondo del museo con su nombre); Páramo; Las hijas del Cid; El triunfo de la Santa Cruz en la batalla de las Navas de Tolosa (también en Burgos), y La misa de pontifical. (En realidad serían siete porque hay dos que no se han localizado:  A la epístola y Paisaje madrileño.

De la pinacoteca nacional se exponen medio centenar de las grandes obras que atesora la principal pinacoteca española, con presencia de Goya (con cinco cuadros), Velázquez (cuatro), El Greco (tres), Tiziano, Rembrant, Durero, Zurbarán, El Bosco, Caravaggio, Tintoretto, Rubens, etc. La muestra estará en la calle hasta el 4 de octubre y viajará después a Soria, Segovia, Ávila y Benavente. Antes de llegar a la capital, la exposición apoyada por la Fundación Iberdrola ha visitado Salamanca, Valladolid, León y  Aguilar de Campoo como ubicaciones de la región.

El recorrido planteado por el comisario, Fernando Pérez Suescun, empieza en la zona del arco de Santa María y lo haría de manera cronológica y por escuelas, inicándose por la española, seguida de italiana, flamenca y otras.