Tarjeta roja a la despoblación

S.F.L.
-

David Casado y Óscar Falagán trabajan en el documental 'Campos', una oda a la esencia del fútbol con la mirada puesta en las canchas en desuso de pueblos de la región. Oña representa a Burgos

La hierba y las matas invaden por completo el campo de fútbol de Oña, que acogió el último partido el 6 de junio de 2015. - Foto: S.F.L.

Dos rectángulos construidos con dos postes verticales y uno horizontal forman una portería. Y dos son los elementos esenciales para que un terreno se convierta en un campo de fútbol. Los hay más lujosos, más austeros, más tradicionales, más modernos, con más afición y con menos. Pero también están aquellos que desde hace años, e incluso décadas, dejaron de cumplir la función principal de acoger los partidos y entrenamientos del deporte rey para desaparecer lentamente entre la vegetación... ¡Falta! 

Dos apasionados del mundillo, David Casado y Óscar Falagán, consideran que las canchas «forman parte del paisaje de un lugar como símbolos que evocan sentimientos al observador», arraigadas a la infancia de todos los habitantes y de los antepasados. «¿Quién no ha ido jamás a disfrutar de un partido del equipo del pueblo?», se preguntan. Este detalle, como otros tantos, guardan un hilo conductor evidente con el éxodo rural. Este fenómeno social convertido en el deporte más seguido en el país contrasta con su decadencia en las pequeñas poblaciones de algunas zonas del territorio. ¿Qué significan esos símbolos olvidados impasibles en una localidad? Abandono, dejadez, emigración, tristeza… Para muchos, terrenos que evocan un tiempo no tan lejano que se recuerda como mejor, o al menos con más vida. 

Con idea de mostrar una mirada diferente hacia la despoblación en el mundo rural, los dos publicistas se han unido para crear Campos, un documental planteado con gran vocación para lanzar una mirada a fondo al paisaje de los pueblos y sus entornos. «Buscamos abordar las causas y consecuencias de la despoblación a través de las canchas de fútbol, ese singular elemento que aparece en las estampas en los rincones más aislados», exponen. El proyecto lo compondrán un conjunto de historias que suceden en lugares diferentes de Castilla y León, y que serán muy diferentes entre sí. 

Un campo por cada provincia y Oña como representante de Burgos. En 2015, la villa perdió su equipo, su afición, y en definitiva, parte de su personalidad. Casa Maza se llenaba todos los fines de semana de hinchas vestidos de verdiblanco apoyando a sus jugadores. Ahora es un claro ejemplo de soledad y desamparo, un lugar abrigado únicamente por hierba y cardos. «Nos sugiere nostalgia y pena porque corresponde con un claro reflejo de que los pueblos pierden vida. Sin embargo, a nivel artístico tiene su encanto porque la naturaleza vuelve a recuperar su espacio», expone Falagán.

Campos busca aproximarse al alma de los lugares y expresarla. No faltará el humor y el tono alegre en el acercamiento a un juego repleto de anécdotas de los vecinos y exjugadores. Tres de las mejores glorias del club de fútbol de Oña, Juan Gómez (centrocampista), José Manuel Fuente (portería) y Jasio Molinuevo, explicarán los momentos vividos, las jugadas realizadas, los partidos ganados -también los perdidos- y lo que suponía el fútbol en la localidad. Todo ello mientras observan en la plaza del Ayuntamiento a unos chiquillos corretear detrás de un balón. 

El proyecto descarta el formato a base de entrevistas y apuesta por situaciones reales que suceden o han sucedido en estos espacios; sin ficción pero con planificación. Además de la localidad burgalesa, otros pueblos aparecerán en el proyecto audiovisual, cuya idea original es de David Casado. Jiménez de Jamuz, Laciana, Sabero y Ciñera en León; Antigüedad, Herrera de Pisuerga y Santoyo en Palencia, San Juan de la Nava en Ávila, Candelario y Castellanos de Moriscos en Salamanca; Sebúlcor en Segovia, Almajano en Soria, Boñalos de Campos y Peñaflor de Hornija en Valladolid; y Fermoselle y Muga de Sayago en Zamora formarán parte de una historia que une la pasión futbolera con el dramático presente y el temido futuro.