Rehabilitar el edificio de la antigua casa consistorial, cerrar la pista de pádel e instalar placas solares en el colegio Virgen de las Eras son las tres prioridades con las que afrontará el Ayuntamiento de Santibáñez Zarzaguda el próximo año, un 2023 marcado por las elecciones municipales a las que la actual alcaldesa, María del Amor Andrade, tiene intención de presentarse de nuevo encabezando la lista del PP.

Con el presupuesto del próximo año aprobado la semana pasada, el equipo de Gobierno está pendiente de convocar una nueva sesión plenaria para dar luz verde a los proyectos que incluirá en la convocatoria de Planes Provinciales de la Diputación. Andrade confirma que la intención sería incluir los dos primeros proyectos además de la pavimentación de aceras.

En cuanto a la reforma del viejo ayuntamiento se ha convertido en una necesidad porque Santibáñez carece de espacios multiusos para la organización de eventos culturales y sociales o para prestar otros servicios a los vecinos. 

Actualmente este inmueble municipal es la sede de la asociación El Molinillo, que aglutina a buena parte de los vecinos del pueblo. Con dos plantas y bajo cubierta, la alcaldesa considera que en estos momentos está infrautilizado, por lo que el proyecto que se quiere ejecutar pasaría por vaciar el interior del edificio y cambiar la ubicación de la escalera para aprovechar mejor los espacios con una obra nueva. Una vez finalizados los trabajos,  se reorganizarán actividades que ahora se celebran en el salón de actos de la casa consistorial, un espacio saturado porque lo mismo se usa para charlas, talleres, reuniones y eventos que demandan los vecinos como para acoger algunos de los servicios que se prestan a las personas mayores de la localidad, de forma regular como puede ser el de peluquería.

Se trata de contar con un edificio multiusos, en el que la Asociación Cultural y Recreativa El Molinillo siga teniendo su sede en primera planta, mientras en la baja se aproveche para usos diversos, e incluso se piensa en la planta bajocubierta como almacén, si la altura lo permite. La alcaldesa confirma que ya se ha contactado con un técnico para que valore las opciones y haga un presupuesto. 

Para la regidora, la falta de edificios de titularidad municipal es un problema porque impide satisfacer muchas de las necesidades que demandan los vecinos; de ahí que de cara a la próxima legislatura, se baraja la posibilidad de adquirir algún inmueble para paliar ese déficit. Algunos están ya en la lista, pero sin nada cerrado. Uno de ellos es la antigua casa del cura, una imponente vivienda de tres plantas; en este caso, se han mantenido algunas conversaciones con el Arzobispado, pero este solo lo cedería por 30 años y ahí radica el problema porque Andrade considera que es el espacio ideal para habilitar dos y hasta tres viviendas y que el pueblo tenga una bolsa disponible, ya que están llegando algunas peticiones en ese sentido.

No sería el único edificio en el que el Ayuntamiento ha puesto los ojos; hay alguno más de titularidad privada, pero por los que sus propietarios ponen un precio alto para luego tener que reformarlos o son de varios herederos y resulta imposible que lleguen a un acuerdo. 

Otro de los proyectos, en este caso de continuidad, es el arreglo de aceras e instalación de nuevos contadores 'inteligentes', que sustituyan a los que tienen más de 12 años. Además, la alcaldesa hace especial hincapié en la instalación de placas solares en el colegio público que no solo serviría para proveer energía al centro educativo, sino a otros inmuebles municipales, como el propio ayuntamiento, el consultorio médico o para el funcionamiento de un bombeo de agua. En este caso, el proyecto se hará a través de Sodebur.          

Pista de pádel. En cuanto a la pista de pádel, que se construyó el año pasado en el patio del colegio público, Andrade explica que se intentará presentar el proyecto para cubrirla al Instituto para el Deporte y Juventud, y que en el supuesto de que no recibiera subvención de este organismo, se costearía con fondos municipales, pero la obra, insiste, se haría «porque es la manera de que tenga uso a lo largo de todo el año». Según el estudio realizado, este proyecto rondaría los 40.000 euros. 

En cuanto a su diseño, María del Amor Andrade, explica que se quiere hacer algo diferente, «no los típicos muros y cubierta que parezca un mazacote», sino algo más liviano, que permita jugar a cubierto pero que no parezca un  edificio dentro del centro educativo. El Consistorio se debate entre hacer la cubierta a dos aguas o darle una forma redonda para que resulte visualmente más atractiva.