El Antonio José viaja a Segovia

A.S.R.
-

La Coral Ágora gana el Concurso Nacional en la edición de su mayoría de edad acompañada en el podio por Interludio de Burgos y el Coro Joven de Santander, que también levanta el Premio del Público

El Coro Interludio quedó segundo y no pudo revalidar el título que consiguió en la primera edición del certamen. - Foto: Patricia González

Y el ganador es... ¡La Coral Ágora de Segovia! La formación de la ciudad castellana se suma al palmarés del Concurso Nacional de Corales Antonio José en la edición de su mayoría de edad. Además de un cheque de 3.000 euros y el busto del compositor, se lleva un billete directo al Gran Premio Nacional de Canto Coral, donde representará a la ciudad del Arlanzón en 2020. El Coro Interludio de Burgos, que acudía con el propósito de revalidar su triunfo en la primera edición, y el Coro Joven de Santander subieron al segundo y al tercer cajón del podio (2.000 y 1.000 euros, respectivamente). La masa cántabra levantó, además, el Premio del Público, que lleva el nombre de Alejandro Yagüe.

Este desenlace se desconocía dos horas antes. A las siete de la tarde el juego estaba abierto. A los coralistas y sus directores no se les podía molestar. Concentración máxima. Pero sí a los otros protagonistas. Los miembros del jurado. Al profesional y al popular.
El presidente del primero, Juan Pablo de Juan, exdirector del Coro de RTVE y ahora al frente del de Jóvenes y del de Voces Graves de Madrid, cruzaba las puertas del Fórum con Mónica Perales, directora del A cau d’Orella de Valencia, otra de las integrantes de este órgano, más internacional que nunca, completado por la batuta de la Schola Cantorum, María José Barrio, el compositor y pianista británico Patrick Hawes y el responsable artístico del Festival Coral de Lisboa, Paulo Lourenço.

De Juan tenía claro lo que debía ofrecer una coral para ganar, algo tan sencillo como su mejor versión. «Y si disfruta sobre el escenario seguro que la da», señalaba y admitía, con el asentimiento de Perales, que a ellos los gusta más estar en el otro lado, en acción encima de las tablas, pero asumían con gusto esta misión. Y lo hacían felices de que la crisis, «que se cargó muchos de los concursos y festivales que había», no haya podido con el encuentro burgalés. «Es una referencia y, afortunadamente, con valentía, con la ilusión de muchas personas, de los quijotes de la cultura que aún quedan, y el apoyo de las instituciones, que es básico, se mantiene e incorpora actividades que lo realzan como la celebración del congreso», se explayó antes de ponerse el traje de juez.

El otro veredicto se encontraba en manos del público sentado en la platea del auditorio. Algunos no se habían enterado de ese papel. Su objetivo era pasarlo bien. ¡De qué les iban a hablar a ellos de responsabilidades! La risa les dio a Javier y María, que no se creyeron que ellos también votaban hasta que lo dijo la presentadora del acto, Regina Peñacoba.

Y es que allí se iba a gozar. Ese era el propósito de Cecilia, que canta en el Coro de la parroquia de San Martín de Porres, acompañada por Celia y Charo, que admitían no tener voz para tonadas, minutos antes de que empezara el espectáculo. Seguro que lo lograron.