Fortaleza mental

MÓNICA PURAS (SPC)
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Las jugadoras del Burgos CF Celia Fontecha, Natalia Mata y Jimena González están jugando un partido de larga duración con casi un año de recuperación tras romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla

Celia Fontecha, Natalia Mata y Jimena González se lesionaron de gravedad y afrontan una larga recuperación. - Foto: Alberto Rodrigo

Sus compañeras del Burgos CF y aficionados se quedaron helados al escuchar sus gritos de dolor sin saber el alcance de su lesión, pero ese 'crack' hacia presagiar que era grave. Primero fue Jimena González 'Jimmy', hace 11 meses, luego Celia Fontecha el pasado febrero y en el último encuentro de la pasada campaña disputado en abril, Natalia Mata. 

Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla, una de las lesiones más largas y habituales en las mujeres. El mazazo: entre nueve meses y un año de baja. Nadie se pone plazos, pero hay que volver a ponerse en pie, sostenerse, volver a andar, a correr, a doblar la rodilla... 

Las dos primeras futbolistas ya han vuelto a pisar el césped tras muchísimas horas de gimnasio, fisioterapia y después de sufrir un duro postoperatorio, aunque las tres intervenciones fueron superadas con éxito. 

Un camino largo al que se han tenido que enfrentar por primera vez en su carrera y donde la parte física es de arduo trabajo, pero lo que realmente es difícil es la recuperación psicológica.

El hecho de que les faltara su máxima fuente de satisfacción como es el fútbol, provocó diferentes estados de ánimo que siguen combatiendo, merced a su gran fortaleza mental. 

«Al principio no te lo crees lo pasas mal porque quieres estar ahí jugando con tu equipo, luego asumes que tienes que recuperarte y a mí ahora me está costando un poco más, porque veo que puedo, pero todavía no», confiesa Jimmy, que ese fatídico día al levantarse pensó «que nunca se había lesionado gravemente. ¿Por qué lo pensaría?», se cuestiona.

A Celia le acaban de dar el alta médica, «lo cual celebra. El día que oí el 'clack' en la rodilla sabía que tenía lo mismo que Jimmy. Me costó pensar que me iba a quitar de lo que más me gustaba durante mucho tiempo, luego al final lo afrontas, porque no te queda otra».

Por su parte, Natalia, lo vivió de otra forma, «yo ya había vivido los dos 'clacks' de mis compañeras. Escuché mi rodilla, y pensé que no podía ser real. En el último partido. Fue un momento muy de bajón. Fui consciente del trabajo que tenía que llevar por delante. Sabía que iba a tener mejores y peores momentos de motivación. No hay que pensar que todo es perfecto, pero tampoco hundirte. El objetivo es saber tener una estabilidad».

El entrenamiento es complicado, pero entre tres se lleva un poco mejor, «siempre que veas buenos resultados», aseveran. 

Han tenido mucho tiempo para dialogar en el gimnasio de la Ciudad Deportiva de Castañares sobre su estado físico y psicológico, sobre la rehabilitación, coger las muletas, el primer paseo, «al final es trabajo, trabajo, trabajo y en solitario. Todo es cuestión de sacrificio y asumirlo. Dependes mucho de ti misma, de tu fisio, es un cúmulo de sensaciones. Nosotras hemos podido apoyarnos juntas, otras no tienen esa suerte. Luego las compañeras animan cuando llegamos o te preguntan, te recomiendan, te aconsejan», coinciden. 

Se sienten parte del equipo aunque no estén en el terreno de juego. Suelen desplazarse con el equipo a los partidos de fuera de casa y no se pierden casi ninguno en Castañares, salvo fuerza mayor. Sienten envidia sana de sus compañeras por la buena marcha del equipo que tras la 13 jornadas van en segunda posición. «Es un grupo distinto, más intenso, no destaca tanto la calidad como el de Madrid, pero tienes más facilidad de perder puntos con equipos que no lo prevés», afirma Fontecha. Destacan los encuentros disputados en Eibar en su campo, «pudimos sacar un empate, aunque tuvimos nuestras oportunidades».  

Eran tres pilares fundamentales, pero «todas somos importantes» y la plantilla es bastante corta. Además, recientemente se ha lesionado Jyoeldry, con rotura de tibia y peroné. Su regreso es ansiado por sus compañeras y técnico, Moisés Ichaso. Ya han vuelto a pisar el 'verde'. Su mejor deseo para 2023 es volver a jugar y disponer de minutos para ayudar al equipo. Ya ven la luz al final de ese túnel que parece interminable. 

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