La zona oeste no es la única que ha sufrido las fechorías de los ladrones en las últimas semanas. Vecinos del extremo opuesto de la capital burgalesa, Villímar Sur, también han sido víctimas de asalto. El botín, o al menos el objetivo principal de los cacos, no difiere demasiado: dinero en efectivo, joyas y enseres con fácil salida en el mercado negro. El modus operandi, por contra, sí es distinto. Esto hace pensar a la Policía Nacional, que investiga estas entradas ilegales, que se trata de dos bandas delictivas diferentes.

Pese a que las líneas de investigación, destacan fuentes de la Comisaría Provincial, han tomado caminos opuestos, llama la atención que muchos de estos robos coincidieran en el tiempo. Fue entre los días 1 y 14 cuando tuvieron lugar los asaltos, si bien los de Cellophane se produjeron más tarde que los de Villímar. En este barrio se denunciaron tres delitos en apenas una semana. Hay que sumarles, además, otros dos aislados en Fuentecillas y Reyes Católicos.

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