Leticia Núñez Núñez

Plaza Mayor

Leticia Núñez Núñez


Se acaba el verano en el pueblo, ¿y ahora?

08/09/2022

Los días están contados. Pronto, muy pronto, los pueblos volverán a quedarse casi vacíos. No lo remedia ni el teletrabajo. Hasta hace nada la mayoría lucían hasta la bandera. Cosas de la pandemia o no, muchos han vuelto a veranear en el medio rural, movidos por unas ganas locas de salir y disfrutar de un verano como los de siempre. Con los niños haciendo de las suyas en los montones de trigo en las eras (este año con merma de cosecha incluida) y los mayores apurando algún que otro 'refresco' hasta la madrugada en unas terrazas que ya quisieran en muchas capitales.

Vamos, que en algunos municipios de la Ribera del Duero no cabía ni un alma. Entre paseo y paseo por unas carreteras que más bien son caminos llenos de baches, se repetían los comentarios: ¿Te imaginas esto durante todo el año? Ojalá. Lamentablemente, ahora que no queda casi ni el apuntador y que hasta el próximo verano no regresarán las bicicletas, aflora la triste y cruda realidad. Sin colegio, sin tiendas, sin internet. Y lo peor, sin médico. En algunos pueblos suman más de dos años así. Cunde la resignación. No se atisban soluciones. Mejor dicho, todo el mundo (hasta los que nos gobiernan) sabe que la solución es una: que el médico vuelva a los consultorios rurales. Pero como en las administraciones no parece que estén por la labor, pagan el plato quienes viven en los pueblos. 

El otro día, hablando de este problema con un alcalde, me comentaba que el día que se queden sin médico tiene claro que contratarán a un profesional de la sanidad privada para que atienda a los vecinos un par de veces a la semana. Eliminaría las verbenas, pero habría consulta. Y yo me pregunto, ¿qué pasaría si se pone el mismo ímpetu de las fiestas en luchar por una sanidad digna? Nadie perdona una verbena. Entonces, ¿por qué nos estamos acostumbrando a que no haya médico en los pueblos? Que los veranos con un sinfín de actividades son una maravilla. Pero los inviernos también existen. Evitemos el conformismo. No sólo de agosto vive el hombre.