La criminalidad crece con los delitos sexuales desbocados

I.E.
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El número de infracciones penales aumentó en 2019 un 6,3% en la provincia. En Aranda de Duero el incremento fue aún mayor, alcanzó el 15%

Indicadores de criminalidad.

Tenían razón los expertos en seguridad que auguraban un incremento de la delincuencia con la salida de la crisis. Bonanza económica y criminalidad van de la mano, tal como lo ponen de manifiesto las estadísticas, entre ellas la del Ministerio del Interior. Por tercer año consecutivo el número de infracciones penales creció en 2019 en el conjunto de la provincia, en concreto un 6,3%, al pasar de las 11.673 de 2018 a las 12.410 del pasado ejercicio. 

Hay dos tipos de delitos que siguen disparados. Por un lado, la tendencia de otros años se repite éste con las agresiones y abusos sexuales, que se incrementaron un 13,8%, de 58 a 66. Las violaciones (con penetración) se quedaron en los mismos números -seis y seis-. Asimismo, subieron los robos de vehículos, en concreto un 15,8%, de 101 a 117. También estuvieron al alza las riñas tumultuarias y lesiones, con un crecimiento del 9% (de 122 a 133), y los hurtos, que se elevaron desde los 2.976 a los 3.018, un 1,4% más. En cuanto a los homicidios y asesinatos se ha pasado de 3 a 4 y los homicidios en grado de tentativa, de tres a ocho.

Lo que sí cayeron fueron los asaltos a domicilios, en concreto un 11,7%, al pasar de 665 a 587. Sin embargo, si se les añaden los robos con fuerza en establecimientos comerciales y empresas, el saldo fue positivo, se contabilizaron nueve más en 2019 que en 2018. En cuanto a los robos con violencia e intimidación, los números han sido calcados ambos ejercicios, 147.

En la capital burgalesa, la criminalidad subió un 5,3% y es de subrayar también el gran aumento de los delitos sexuales, un 25%, de los 27 de 2018 a los 34 de 2019. Los hurtos (un 4,5%) y las sustracciones de vehículos (9,6%) también se incrementaron. No ocurrió lo mismo con los atracos, que bajaron un 8%, y los robos de casas, que cayeron un 13,%. En cuanto a las peleas, hubo que lamentar una menos el año pasado.

En Aranda de Duero la delincuencia subió de forma exponencial, un 15,8%. Salvo en el caso de los hurtos, que disminuyeron el 12%, y las peleas, que cayeron un 18%, se contabilizaron subidas en todos los delitos. Los sexuales crecieron un 100% -de 5 a 10-; los robos de casas aumentaron un 46%, hasta llegar a 67; las sustracciones de coches pasaron de 25 a 27, y los robos violentos se duplicaron, al pasar de 8 a 16.

En el caso de Miranda, la delincuencia se incrementó un 6%, con aumentos significativos en los robos de coches (se duplicaron), las peleas (subieron un 30%) y los hurtos (alza del 5%). Pero cayeron con fuerza los robos de casas, en concreto un 33%, y los delitos de carácter sexual, un 16%. Los atracos se quedaron igual que en 2018, con 19.