La victoria de las librerías

ALMUDENA SANZ
-

El compromiso de los lectores y la vuelta a la lectura con el confinamiento, el 'boom' de novedades editoriales en otoño y el adelanto de la campaña han apuntalado, en general, una buena Navidad y un año que en marzo se preveía nefasto

Las novedades editoriales, tanto nacionales como locales, han copado los escaparates de los establecimientos. - Foto: Valdivielso

Las nubes negras que se cernían sobre las librerías en marzo dieron paso a un cielo raso en mayo, con la subida de las persianas y, paso a paso, ha terminado con un sol, más o menos radiante. La Navidad, en general, ha sido buena para el sector. Los adjetivos varían en cada casa e incluso alguna la tacha de regular, pero, comparado con lo que ven a su alrededor, ni una queja. 

El compromiso demostrado por los lectores con el comercio de proximidad, el redescubrimiento de la lectura durante el confinamiento, el boom de novedades editoriales en este último trimestre del año ante la paralización de la vida en primavera y el adelanto del inicio de la campaña navideña con el que se han afrontado las reducciones de aforo son las claves de esta victoria.

El presidente de la Asociación Provincial de Libreros, Álvaro Manso, propietario de Luz y Vida, habla de una «muy buena Navidad y un muy buen año». Explica el festín libresco durante estas fiestas en el adelantamiento de la campaña durante la celebración en las librerías de la Feria del Libro -«desde ese momento hemos estado vendiendo para Navidad y nos ha permitido llegar a las ventas que hemos tenido»-, la «espectacular e inmejorable» oferta y el aumento de los pedidos online a través de la plataforma Todostuslibros.com. 

«En marzo y abril teníamos unas expectativas de descensos grandísimos, pero se ha ido recuperando y las cifras son muy buenas para el año difícil que se presentaba», anota y concluye que la clave de este final feliz está en la respuesta de los clientes. «Ha sido una pasada», suelta y advierte que ha aumentado el ritmo de compra habitual y la complicidad entre los lectores y los libreros: «Hay una vocación respecto al comercio de proximidad en general y nosotros, a mayores, tenemos una relación especial». 

Con esa misma sonrisa hacen el balance Lucía Alonso, de Hijos de Santiago Rodríguez, y Pilar Pérez-Canales, del Espolón. 

Fenomenal es la palabra que usan desde la librería más antigua de España para resumir la Navidad, aunque reconocen que la reducción de aforo ha lastrado las ventas. «Visto lo que están pasando otros sectores, no nos podemos quejar», indica Alonso y remarca la presencia de caras nuevas: «Ahora tenemos clientes que no habíamos visto, entra mucha gente joven... Hay una vuelta a la lectura». 

En esa feligresía renovada también enciende el foco Pérez-Canales. «Los dos meses de confinamiento han hecho que la gente descubriera el libro. La televisión entretiene, pero de forma efímera, el libro te atrapa. Y eso se ha notado, se ha comprado para regalarse a uno y a los demás», observa feliz por todo lo que significa que la gente haya hecho cola en las puertas de las librerías sin importar el frío: «Eso ya es bastante gratificante». 

A pocos metros, en el mismo paseo, Fernando Rivas (Música y Deportes) valora una campaña igual a la anterior. «Estamos muy contentos porque con los tiempos que corren... Al final, ha sido un año no perdido y eso es mucho», ilustra. Reconoce que su realidad es distinta a la de otros colegas ya que, al vender prensa, ha abierto en todo momento y confirma ese redescubrimiento del hábito lector. 

Esa alegría generalizada se ensombrece un tanto en Amábar. «Ha habido menos que otros años. Ha estado más triste. Yo he echado mucho de menos a la abuelas, que vienen a comprar regalos a los nietos, pero, tal y como se presentaba el año, todo era bien recibido», traza Ana Rosa Alonso y afirma que 2020 no ha sido «para tirar cohetes». Tampoco para quemarlo.