El Ayuntamiento de Burgos otorgó el pasado sábado, 26 de febrero, el Título de Buen Vecino de Burgos a Rotary Club de Burgos, conforme a su Reglamento de Honores y Distinciones. Me congratulo por ello, como miembro -hace más de dos décadas-, de ese Club y me enorgullezco por las importantes labores altruistas y humanitarias de los rotarios burgaleses, tanto de su primera etapa, desde 1927 al 18 de julio del 36 (lo prohibió Franco), como de su segunda época, de 1980 hasta hoy. Este Club, con la importantísima ayuda de la sociedad burgalesa, sus instituciones, los Gobernadores distritales rotarios, y la Fundación Rotary Internacional, ha realizado un sinfín de obras y múltiples actuaciones en España -especialmente en Burgos- y en países necesitados, principalmente África.
Han pasado 117 años desde la fundación de Rotary (un 23 de febrero de 1905, por Paul Harris Fellow, abogado afincado en Chicago) y aún siguen 1.400.000 rotarios, en 200 países, dedicados a solucionar serios problemas por la paz en el mundo. En Burgos se han hecho cosas llamativas, destacando la restauración de la preciosa capilla esquinera renacentista, del Claustro Alto de nuestra Catedral, dedicada a San Jerónimo, o la preparación e impulso, de la asociación AFABUR (Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Burgos), hace unos 27 años.
Ahora desea potenciar la Asociación de Afectados por la Esclerosis Lateral Amiotrófica de Castilla y León (ELACYL) en Burgos. En Togo, Burkina Faso o Burundi se ha ayudado a construir pozos, puentes o crear escuelas y cooperativas, y más obras; aunque el gran proyecto internacional de Rotary, además de luchar por la paz (¡ay!, ¡pobre Ucrania!), es lograr erradicar la poliomielitis. ¡Ojalá Rotary Burgos llegue a paliar, con la ayuda de los burgaleses, tantas necesidades como hay en Burgos y en todo el mundo! Y quiero felicitar, de paso, al resto de instituciones y personas también distinguidas: Academia Fernán González, Grupo Edelweiss, Néstor Pavón (fallecido), la artista Ana Nuñez y el Arzobispo Fidel Herráez. ¡Abrazos, y amemos la paz!