Es momento de pisar el acelerador para los estudiantes de segundo de Bachillerato. La antigua selectividad está a la vuelta de la esquina (8, 9, y 10 de junio) y muchos se juegan su futuro en solo tres días de exámenes. El mayor esfuerzo es para aquellos que aspiran a cursar un grado en el que la demanda supera con creces la oferta de plazas y miran continuamente las calificaciones de acceso del curso pasado, como es el caso de las titulaciones de Ciencias de la Salud. La Universidad de Burgos cuenta ya con cuatro carreras que requieren más de un 10 de nota de corte (de un total de catorce puntos) tras haberse incorporando a este ránking Ingeniería de la Salud, que el próximo ejercicio graduará a su primera promoción de estudiantes del campus.

Implantado en el periodo académico 2019-2020, se disparó en el primer listado de admitidos del curso anterior hasta el 10,744, teniendo en cuenta que dispone de 40 plazas, si bien el último alumno que accedió, en la última relación de acceso, lo hizo con un 8,744, frente al 6,9 de su estreno. Esto se debe a que los estudiantes pueden inscribirse en todas las instituciones académicas del país, con lo que  van descartando opciones a media que la admisión se adapta a sus deseos. El aumento de su calificación se debe al «desconocimiento» de la titulación, tal y como apunta la vicerrectora de Docencia y Enseñanza Digital, Begoña Prieto.

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