Sube el número de coches abandonados: El olvido sobre ruedas

H.J.
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La cantidad de coches abandonados en las calles de la ciudad se ha incrementado en el último año, en otro efecto secundario de la pandemia y la consiguiente crisis

Una patrulla de la Policía Local comprueba los datos de un coche aparentemente abandonado en la zona del Crucero. - Foto: Jesús J. Matí­as

Una llamada vecinal, un aviso al 010, una patrulla que pasa por tal o cual calle y se queda mirando durante unos segundos. Hasta ese momento el vehículo había pasado perfectamente desapercibido pero entonces todo el mundo cae en la cuenta de que tiene las ruedas desinfladas, los cristales repletos de suciedad o el paragolpes arrastrando por el suelo. Y cada vez hay más.

La Policía Local ha intervenido en lo que va de año en 173 casos de vehículos abandonados en la vía pública, casi tantos como los 186 de todo el ejercicio anterior. De seguir así la progresión en los tres meses y medio restantes, el cálculo apunta al entorno de las 230 y a un resultado de 90 coches retirados al depósito municipal (ya llevamos 65 hasta el 15 de septiembre), lo que supone alrededor de un 25% más respecto al ejercicio 2020.

Es otro efecto secundario de la pandemia y de la consiguiente crisis económica que ha generado, por mucho que ya se encuentre en vías de recuperación. En algunos casos, los propietarios de los utilitarios sumidos en el olvido han enfermado de covid y se han tenido que pasar meses sin conducir. En otros, incluso, habrán fallecido. Y habrá otro porcentaje de conductores que no han tenido ningún problema de salud pero se quedaron sin trabajo, sin ingresos y sin posibilidad de mantener una máquina que es un sumidero constante de fondos a través del combustible, los seguros o la ITV.

El resultado es ese incremento en las intervenciones que ya empezó a observarse en 2020, cuando las 186 mencionadas supusieron un incremento del 21% frente al año precedente. Y en efecto, desde la subinspección de la Unidad de Policía Administrativa coinciden en que "pudo ser un efecto del a pandemia, que en 2018 y 2019 se pudo apreciar un descenso en materia de vehículos abandonados".

La gran mayoría de las actuaciones se hacen a requerimiento ciudadano y no por de oficio por parte de los agentes de la autoridad. Zonas habituales suelen ser el Crucero, la parte más antigua de Capiscol e incluso áreas privadas como las calles de Pentasa. Y también de forma mayoritaria, durante el procedimiento el dueño del coche reacciona y lo retira para que no se lo lleve la grúa.

El expediente. Desde el momento en que se tiene constancia de un vehículo abandonado, la Policía Local comprueba en su base de datos si tenía ese vehículo ya ‘fichado’. En caso contrario, comprueba si tiene los seguros y la ITV en regla (en caso contrario serán 500 de multa) y procede a abrir un expediente con su fotografía, además de colocar una pegatina de color verde fluorescente, bien visible, para alertar al propietario de que debe moverlo.

Si en el plazo de 10 días no lo ha hecho, en ese momento trata de notificárselo a su titular en tantos domicilios como se conozcan. Esperan otro mes y, si el vehículo sigue en el mismo lugar, se procede a la retirada y se lleva al depósito. Pero en ese momento el coche, furgoneta o incluso bicicleta pasará a ser prácticamente un residuo.

Hace dos años, la Policía Local llegó a tener más de 100 coches abandonados en los Almacenes Municipales y lanzó un aviso público para intentar concienciar contra con esta práctica. La realidad, sin embargo, se ha empeñado en ignorarlo.