Las piscinas de la Ribera cierran con cifras récord

L.N.
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En Caleruega, las instalaciones han estado "a rebosar", con varios días a punto de alcanzar el límite del aforo, algo que no recordaban desde hace mucho tiempo. En Gumiel de Mercado ya planifican obras de mejora para 2022

Las piscinas de la Ribera cierran con cifras récord

El verano va tocando su fin y con él llega el cierre generalizado de las piscinas en la Ribera del Duero. La última en echar el candado fue la de Roa de Duero, este martes. En líneas generales, y a pesar de las restricciones establecidas para cumplir con la normativa anticovid, en todas las localidades de la comarca el balance de la temporada estival de baño resulta positivo. De hecho, la afluencia de público a la mayoría de recintos municipales ha superado los datos marcados en años anteriores. 

Es el caso de Valdeande, donde los abonos hasta el 31 de agosto ascendieron a cerca de 400 entre infantiles y adultos, una cifra ligeramente superior a la registrada en 2020. Además, a ello suman alrededor de 2.000 entradas que se han vendido a visitantes de distintos pueblos de la zona. Una venta que, de cierta manera, ha disparado la afluencia a estas piscinas ya que el verano pasado únicamente expendieron bonos para así tener una mayor trazabilidad en el caso de que surgieran contagios por covid, como explica el alcalde del municipio, Juan Abel Abejón. 

"Ha habido mucha más gente que otros años, sobre todo durante el mes de agosto. Sólo había que fijarse en los coches que llegaban muchos días", cuenta. 

También en Caleruega "las piscinas han estado a rebosar", según su alcaldesa, Lidia Arribas. De hecho, se llegó a rozar el límite del aforo durante varios días, "algo que hace muchos, muchos veranos que no recordábamos". La regidora subraya que, en general, ha habido más veraneantes que otros años y que la no celebración de fiestas patronales, sumada a la ola de calor, ha propiciado un mayor aprovechamiento de las piscinas. 

En esta línea, Arribas destaca que, a diferencia de otros años en los que los veraneantes se acumulaban entre las fiestas en honor a Santo Domingo y las de Santa Juana, este año han visitado el pueblo más allá de esa semana en concreto y han permanecido en Caleruega hasta finales de agosto. 

Algo que se repite en Gumiel de Mercado, donde han recibido a más bañistas que otros veranos. Su alcalde, Pedro Gómez, constata que la calidad del agua "estaba como nunca" y adelanta que ya trabajan en la redacción de un proyecto que permita llevar a cabo una actualización integral de las piscinas de cara al año que viene. Su previsión pasa por cambiar el césped, así como el sistema de riego y hacer las mejoras pertinentes en el vaso de la piscina. Esta campaña ya cambiaron parte del mobiliario y reformaron el bar. El recinto gomellano también cerró el 31 de agosto. 

En Tubilla del Lago, aunque todavía no disponen de datos concretos, apuntan que ha sido "un verano muy bueno, con mucha afluencia" y que, de hecho, un día se tuvo que quedar gente fuera porque el aforo estaba completo. Pilar Manso, concejala, resalta que el recinto ha acogido diversas actividades, como un taller de mindfulness, otro de batucada y diversos conciertos, que han servido para dinamizar la vida en el pueblo, con 160 censados. 

No obstante, admite que en el Ayuntamiento les gustaría haber retrasado un par de semanas más el cierre (31 de agosto). Sin embargo, se ven limitados por el presupuesto. "Es un gasto que el Consistorio no puede asumir", lamenta Manso. 

Más veraneantes. Mientras, en Sotillo de la Ribera, la gestora de las piscinas en los últimos 12 años, Almudena Uriel, da cuenta de un patrón similar al del resto de localidades ribereñas. Tras un junio y julio "regulares" por el tiempo, con varios días de lluvia, la afluencia en agosto resultó "muy buena" tanto por las altas temperaturas que se registraron, con ola de calor incluida, como por la llegada de un gran número de visitantes al pueblo para disfrutar de sus vacaciones estivales. 

"Tras relajarse algunas restricciones anticovid respecto al año pasado, hemos notado que la gente se ha animado más a acudir a la piscina", apunta Uriel, al tiempo que destaca que este mes de agosto fue "de los mejores en años", especialmente porque, a diferencia de otros años, en la segunda quincena de agosto se registraron tardes de mucho calor. 

Las piscinas de Sotillo de la Ribera cuentan con 2.500 metros cuadrados de superficie habilitada, que incluye un pinar de unos 400 metros. Al disponer de un espacio tan amplio, no han tenido ningún problema de aforo en ningún momento del verano. 

Tampoco en Roa de Duero han superado el aforo establecido, un máximo del 75% de la capacidad total por ser instalaciones al aire libre. Su alcalde, David Colinas, se muestra satisfecho con cómo ha transcurrido el verano en las instalaciones municipales, que cerraron el martes, las más tardías de la comarca. Las cifras de asistencia han sido positivas, en la línea de los veranos anteriores a la pandemia. A diferencia del año pasado, cuando las piscinas cerraban a mediodía, este lo han hecho prácticamente en condiciones normales, con dos personas encargadas de la limpieza constantemente. 

Tras un verano cerradas a causa de la pandemia, las piscinas de Torresandino reabrieron, teniendo en cuenta lo avanzado del proceso de vacunación. El balance, según su alcalde, Alberto Val, es positivo: "Se ha cumplido con la normativa sanitaria y todos los protocolos y no ha habido ningún problema". En cuanto a la afluencia, todavía sin datos concretos, lo valora como "muy buena, con cifras similares a las de años anteriores". 

Finalmente, cabe destacar que las piscinas de La Calabaza y Acapulco en Aranda de Duero cerraron el 5 de septiembre sin que desde la Concejalía de Deportes se disponga por ahora de datos de abonos y entradas vendidos.

En lo que respecta a la piscina municipal cubierta, que cerró el 30 de junio tras finalizar el contrato del Ayuntamiento arandino con la adjudicataria, todavía se está evaluando la adjudicación de los trabajos de asistencia técnica para la redacción del proyecto de reforma por más de 30.000 euros.