El HUBU ha sido el primer gran hospital público de la Comunidad que ha asumido la práctica de abortos, una prestación incluida en la cartera de servicios del sistema nacional de salud desde 2010,
pero que suele contratarse con clínicas privadas por objeción de conciencia de los profesionales de la pública (y no solo dentro del ámbito de la Ginecología). En el complejo asistencial burgalés, sin embargo, volvió a plantearse este tema antes de la pandemia y hubo varios ginecólogos que afirmaron estar dispuestos a practicar abortos, por lo que el año pasado se redactó un protocolo y a finales de enero comenzaron a hacerse en las consultas de la Unidad de Atención a la Mujer (antigua Planificación Familiar), que depende del hospital. Entre el 28 de enero y el 15 de mayo se han practicado 57, según fuentes oficiales de la Consejería de Sanidad. Todos, mediante métodos farmacológicos.

La Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que entró en vigor hace doce años y que ahora se reforma en las Cortes Generales, determina con claridad los límites del aborto en España:hasta la semana 14 por expreso deseo de la gestante y hasta la 22, solo en caso de graves anomalías fetales o de riesgo para la vida, tanto de la mujer como del feto. En la provincia suele haber unas 400 interrupciones voluntarias del embarazo cada año, según datos oficiales.

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