Trampas para controlar la plaga de procesionaria en Miranda

R.C.G.
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El centro de empleo de Valkiria ha sido el encargado del diseño y fabricación de este innovador método que se colocará en las zonas verdes de la ciudad

La oruga procesionaria representa riesgo para la salud de las personas. - Foto: DB

El invierno este año se ha despedido antes de lo previsto. Las últimas semanas la ciudad ha disfrutado de un clima casi primaveral, lo que también ha adelantado la visita de la procesionaria Esta oruga de apariencia inofensiva, non solo genera enormes daños a los árboles sino que puede causar problemas cutáneos a las personas  e incluso ser mortal para los perros. 

En los últimos años la asociación Valkiria se encargaba de la retirada manual de nidos de los parques del núcleo urbano y de los parajes del entorno, pero debido a que la inusual climatología ha adelantado el ciclo vital de la procesionaria, la eficacia de este procedimiento se iba a ver reducida. Por este motivo el colectivo ha buscado alternativas urgentes al repentino descenso de la oruga a la tierra y ha propuesto al Ayuntamiento una ingeniosa solución: la colocación de trampas para combatir esta plaga. 

El proceso de diseño y fabricación de las mismas ha sido realizado por las personas de su nuevo Centro de Trabajo Protegido. Además de suministrar a la administración local, también las comercializan para particulares que quieran colocarlas en sus jardines o fincas.  

En algunas zonas públicas ya son visibles estas innovadoras trampas que «interrumpen el proceso vital de la oruga, evitando así su multiplicación descontrolada», explican desde Valkiria, que confían en que el nuevo método reduzca de forma considerable la población de este animal. «Si este proceso se repite de forma anual se conseguirá eliminarlas del entorno de la ciudad. Es una actuación ecológica para el control de plagas y por otro lado es una medida de protección para nuestra salud y para la de nuestras mascotas», afirman. 

Aunque está presente en muchos espacios verdes de la ciudad, el paraje en el que más acumulación de procesionaria se da es en San Juan del Monte, una zona recreativa muy concurrida y a la que también se acude con mascotas. En los últimos años en dicho paraje se han adoptado medidas para intentar frenar la plaga, ya que genera daño en la masa arbórea, pero también porque supone un riesgo para los adultos y niños que pueden sufrir reacciones alérgicas si entran en contacto con los pelillos que desprenden.