Año nuevo de paseo

CÉSAR CEINOS
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La peatonalización del centro facilita el tránsito de viandantes por el puente de San Pablo

Varios jóvenes aprovechan el corte para sentarse en el centro de la calle Valladolid. - Foto: Luis López Araico

Los peatones que recorrieron ayer por la tarde el centro de Burgos gozaron de la libertad de caminar por donde quisieron. Como ocurriera el fin de semana pasado, el Ayuntamiento de la capital cortó al tráfico  las arterias que rodean las plazas del Mío Cid y Conde de Castro y los viandantes pasaron a ser los únicos protagonistas. La calle fue de las familias que pasaron el día de Año Nuevo disfrutando de una caminata a una temperatura más que aceptable (el reloj de la plaza de Santo Domingo marcaba 11,2 grados centígrados minutos antes de las ocho de la tarde), pero también de las pandillas de jóvenes que habían quedado para pasar la primera tarde de 2022, de los dueños de los perros que aprovecharon la ocasión para sacar a su animal y de los niños que se dieron un garbeo con su patinete. Únicamente tuvieron que estar atentos a los coches de los residentes en la zona y a los usuarios de los aparcamientos del centro, que accedieron al recinto acotado a una velocidad muy baja.

Esta medida municipal tuvo especial éxito alrededor del Cid, en el puente de San Pablo y en las calles de Santander y Vitoria, que estuvo cortada desde el número 1 hasta la intersección con Gasset. En cambio, las calzadas de San Pablo y Valladolid estuvieron más vacías. En el primer caso quizá afectó que hubiera vehículos aparcados en uno de los laterales y, en el segundo, la amplitud de sus aceras hizo que poca gente ocupara el lugar de los coches.

El cierre al tráfico volvió a gustar a los viandantes. «En estos tiempos viene muy bien. No hay tanta aglomeración», destacaron José Luis Caballero y Carla Delera, dos vecinos de la calle Santa Cruz que creen que esta acción tiene que repetirse en otros días festivos.«Los domingos hay que dejar el coche en casa», bromeó uno de ellos. Una opinión muy parecida expresaron Pedro Alonso y Lucía Benito, burgaleses de la calle Santa Clara, que apostaron incluso por peatonalizar su propia calle. «Es más cómodo para los viandantes, subrayaron. Por su parte, Pilar Corbí aseguró que «da a gusto pasear así y más con un niño pequeño», aunque reconoce que «a los conductores no les hará gracia». 

La importancia de esas calles para el tráfico en Burgos es la razón por la que José Miguel Castañeda limitaría el cierre de estas vías únicamente a fechas señaladas, al igual que Rubén Sánchez. «Los sábados y domingos no sería mala idea. Entre semana es muy complicado cortarlas», manifestó. La peatonalización del centro se extenderá hasta el próximo martes, 4 de enero en horario de tarde, de 18:00 a 21:45 horas.