La Avícola paraliza el matadero y CCOO teme por 85 empleos

L.M.-J.M.
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La fábrica del Monte de la Abadesa recibió ayer los animales sacrificados desde Cuéllar y los trabajadores no realizaron labor alguna. A los que tiene en plantilla Cobur se les adeuda la paga extra de diciembre

La Avícola se encuentra en el Monte de la Abadesa, al sur de la capital burgalesa. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El matadero de la Cooperativa Avícola permaneció durante la jornada de ayer martes cerrado, hecho que se repetirá durante los próximos días hasta que la compañía llegue a un nuevo acuerdo con la empresa de servicios Randstad Project Services, que tomó las riendas de la sala de sacrificios tras completarse el expediente de regulación de empleo de 20 trabajadores, que fueron sustituidos por otros nuevos con sueldos significativamente inferiores. Así lo confirman fuentes de CCOO consultadas por este periódico, que aseguran que las instalaciones burgalesas recibieron ayer martes el cargamento de unos 30.000 pollos sacrificados procedente del matadero que tiene Uvesa en Cuéllar (Segovia), el mismo proceso que se siguió antes del citado ERE. De esta forma, los cerca de 85 empleados -según las estimaciones del sindicato- de las áreas de sacrificio, despiece, engomado y envasado, que acudieron ayer a su puesto de trabajo, completaron la jornada sin actividad alguna.

Desde CCOO explican que Randstad Project Services «está pidiendo mucho dinero para continuar con su actividad», hecho que se suma a la sanción impuesta por la Inspección de Trabajo a la empresa de servicios por «cesión ilegal de trabajadores» en el proceso que echó a la calle a una veintena para contratar otros con peores condiciones, y cuya cuantía podría alcanzar los 180.000 euros al considerarse como una falta «muy grave», según anunciaron desde CCOO al conocer la notificación el pasado verano. Además, fuentes del sindicato alertan de que los cambios legislativos «que todo hace indicar ponga en marcha el nuevo Gobierno», y que pondrán coto a la subcontratación y a compañías como Randstad tendría mucho que ver en la decisión. «Eliminará la prevalencia del convenio de empresa sobre el sectorial, lo que echará por tierra el ahorro de subcontratar mediante ETTs», apuntan desde CCOO, que desconocen si Cobur tomará la decisión de volver a incorporar el matadero dentro de su organigrama o apostará por externalizar de manera definitiva el mismo.

Randstad tomó las riendas del matadero en diciembre de 2018, cuando comenzó a sacrificar los primeros pollos, al mismo tiempo que la Cooperativa Avícola continuaba con la actividad de logística, incubadora (huevos), fabricación de piensos y oficina, donde hay empleados unas 80 personas -de nuevo estimaciones de CCOO-. Este colectivo denuncia que, a 8 de enero, no han percibido aún la paga extra correspondiente al mes de diciembre. Además, desde el sindicato apuntan que también se han detectado problemas con el anterior gerente, que ha sido llevado al Juzgado tras ser despedido hace cerca de tres semanas.

La Cooperativa Avícola se ha visto envuelta desde hace un par de años; en abril de 2018 anunció el despido de 30 personas y el cierre del matadero, que llegó un mes después. Los trabajadores, tras no llegar a ningún acuerdo con la empresa, fueron a la huelga, que se cerró con el acuerdo de la recolocación de seis empleados y la salida de una veintena. Comisiones Obreras se negó a firmar el expediente que significó la extinción de los contratos hace más de un año y posteriormente presentó hasta 6 denuncias ante la autoridad laboral por diversas infracciones, la última por cesión de trabajadores tras la reapertura de las instalaciones del Monte de la Abadesa.

En noviembre de ese mismo año se anunciaba que Randstad tenía la intención de reabrir el matadero -hasta la fecha los cerca de 30.000 pollos que se sacrificaban a diario en las instalaciones burgalesas llegaban en camión desde Cuéllar- aunque con unas condiciones laborales un 50% inferiores a las de los anteriores trabajadores. En ese momento, el sindicato Comisiones Obreras anunció su intención de denunciar la Avícola al entender que se podría estar utilizando a una «empresa pantalla» como Randstad para poder realizar la misma actividad con unos salarios netamente inferiores. En julio del año pasado, la Inspección de Trabajo se pronunció y dio la razón a CCOO.

Por otro lado, la Cooperativa Avícola cerró en agosto dos de los establecimientos que tenía abiertos en la capital, bajo la marca La Despensa. Las tiendas afectadas fueron las ubicadas en el número 4 de la calle Francisco Grandmontagne, en Gamonal, por el «elevado» coste del alquiler del local de grandes dimensiones y su escaso rendimiento y en el 2 de Siervas de Jesús, en la zona de la Cellophane, por la «potente competencia» del Mercadona próximo y la falta aún de viviendas (y vecinos) en el entorno, explican fuentes de la empresa. La última, después de estas dos, fue la situada en la avenida Reyes Católicos, 40, tras comprobar Cobur «que no estaba funcionando».