Cada vez más denuncias por abusos a mujeres ebrias

F.L.D.
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Tanto en las comisarías y comandancias como en los juzgados han detectado un repunte de casos, que antes quedaban ocultos por vergüenza o miedo

Las víctimas suelen ser, por lo general, jóvenes. - Foto: Christian Castrillo

Hace unos días, las páginas de este periódico recogían el escrito de acusación del Ministerio Fiscal contra un vecino de la capital por un presunto delito de abusos sexuales. Según este relato, conoció en una peña de Gamonal a una chica a la que invitó a su casa tras una noche de fiesta. Allí, aprovechó su estado de embriaguez para forzarla. Desgraciadamente, estos hechos son cada vez más habituales y el repunte de denuncias se ha notado tanto en las comisarías y cuarteles de la provincia, como en los juzgados. 

Porque la mayoría de las agresiones sexuales, indican los expertos, se producen en un entorno festivo. Un chico conoce a una chica en un bar o a través de una aplicación y, tras una noche de copas que termina en un ambiente privado, el agresor hace caso omiso a la negativa de la víctima y aprovecha su estado de embriaguez para abusar de ella. «Es algo que nos preocupa mucho porque estamos viendo un incremento, especialmente tras la pandemia. Se consume más alcohol y sustancias y los autores no entienden que valerse de una situación de vulnerabilidad es un delito muy grave», señalan fuentes de la Comisaría Provincial de Burgos. 

El capitán de la Policía Judicial de la Guardia Civil, José ManuelGarrido, aclara que, por ejemplo, pese a que en un principio la víctima sí que acompaña voluntariamente a su agresor a su casa, siempre hay evidencias de su negativa a mantener relaciones sexuales o, al no estar en plenas facultades, de que no son consentidas. Afirma, además, que salvo casos aislados «no son denuncias falsas». 

Estos son los comportamientos más preocupantes, pero existen otros, también en un entorno de alcohol y fiesta, que durante mucho tiempo se normalizaron y que se están castigando porque las víctimas han dicho basta. El ejemplo más claro son los tocamientos en un bar. «Hasta hace no mucho, estos episodios terminaban con un reproche de las víctimas, pero ya no. Siguen existiendo pero, por suerte, se denuncian de inmediato y también se esclarecen rápido», señalan desde la Unidad de  Familia y Mujer de la Policía Nacional (UFAM). 

En la Fiscalía y en los Juzgados también han percibido ese incremento de casos de agresiones sexuales en los que el autor aprovechaba el estado de embriaguez de la víctima. Alrededor de una decena de ellos han terminado en la Audiencia Provincial en el último año. Las penas superan los cinco años de prisión, pero que muchos autores han optado por pactar una condena inferior tras reconocer los hechos.