Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


Diga treinta y tres

21/11/2022

Al final van a tener razón todos esos malpensados que sostienen que la reacción popular de los madrileños contra el desmantelamiento premeditado del sistema público de salud perpetrado por Isabel Díaz Ayuso ha venido de perlas a los responsables del resto de las sanidades autonómicas que campean por España. Según tan suspicaces analistas, los gobiernos regionales han visto con alivio cómo los ciudadanos de sus comunidades se quedan espantados ante las cifras que ponen de manifiesto la demolición de la pieza clave de nuestro viejo estado del bienestar en el corazón del país y van prefiriendo, en consecuencia, conservar todo lo malo conocido de las miserias periféricas.

Si no, no se explica cómo asumimos sin pestañear noticias como la que publicaba el sábado este periódico, según la cual los médicos de familia de Burgos están tomando fotografías con su teléfono móvil de los pacientes que acuden a sus centros de salud con una mancha en la piel para que un dermatólogo las evalúe en Salamanca. Se trata de una nueva, y ciertamente pedestre, modalidad de consulta no presencial que pretende contener las listas de espera y que bien podría conducirnos al desatino de que el facultativo que nos ordena decir treinta y tres le mande un audio a un colega de Valladolid para que este compruebe cómo se transmiten a nuestra pared torácica las vibraciones vocales, o una enfermera grabe en vídeo la reacción de nuestro tendón rotuliano cuando es golpeado con un martillo de caucho a fin de que nos pueda diagnosticar un traumatólogo en León.

Hasta qué punto la trapisonda madrileña ha desviado la atención de los problemas de la sanidad castellanoleonesa, resulta complicado saberlo, pero no parece que vaya a ocultar a la larga la falta de personal sanitario, los largos tiempos de espera, la sobrecarga de los profesionales y la mala gestión de los recursos que padecemos por aquí. Esperemos, al menos, que los pobres médicos se manejen bien con la cámara de su teléfono, no sea que los dermatólogos salmantinos acaben confundiendo los síntomas de la queratosis con la mancha de tinta de un boli Bic.