Los viaductos de la variante se diseñaron para ir a 50 km/h

L.M.
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El Ineco advirtió hace un año de que la ejecución de estas estructuras no contemplaba el paso del AVE, ya que se colocaron unos apoyos insuficientes para soportar trenes a 250 km/h

El paso superior sobre la calle Merindad de Cuesta Urría, en pleno polígono de Villalonquéjar, es uno de los que necesita renovar parte de sus apoyos POT. - Foto: Alberto Rodrigo

Los tres viaductos de la variante ferroviaria de Burgos se diseñaron y construyeron en los primeros años de la década del 2000. Por aquél entonces no estaba muy claro si la ciudad llegaría a recibir algún día la Alta Velocidad o si, por contra, se optaría por la conocida como Velocidad Alta -a un máximo de 175 km/h-.

Sea como fuere, los apoyos de los pasos superiores se diseñaron para soportar una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora frente a los 210 a los que el Adif quiere que circule el AVE en su aproximación a la estación. Este descuadre de limitación es el que el Ineco advirtió hace ahora un año, en marzo del 2021, pero del que la empresa pública Tragsa no ha reparado ni iniciado los trámites para su corrección hasta ahora. El Doctor Ingeniero de Caminos Canales y Puertos por la Universidad de Burgos, José Manuel Manso, visto el estudio del Ineco, explica que el diseño de los viaductos «no contaba con que el AVE fuera a circular por ellos a esa velocidad», por lo cuál los apoyos POTs que se colocaron entre los tableros y los pilares «no son los adecuados».

No ha sido hasta que el Adif se ha puesto a probar la vía con trenes AVE cuando este organismo ha reparado en el error. Es por ello que la sociedad pública Tragsa encargó un informe al Ineco en el que la consultora lo deja bien claro. «Se trata de puentes con cierta curva, muy amplia, pero con curva. Al tomarlas a alta velocidad en la infraestructura entra en liza el efecto de la fuerza centrífuga, y eso nadie había reparado en ello hasta que lo ha hecho el Ineco», asegura Manso. Fruto de ese informe llega la exigencia de renovación de los apoyos POTs, los que van entre los pilares y el tablero, y que ayudan a 'amortiguar' el paso de los convoyes sobre las estructuras.

La tramitación. Tragsa sacó a licitación el pasado viernes el contrato para la renovación de todos estos apoyos con un plazo de ejecución de 16 semanas. Aunque en su pliego se expresa que los trabajos se han de compatibilizar con el tránsito de trenes, queda claro que la línea entre Burgos y Venta de Baños no se estrenará al cien por cien de su capacidad si se cumple la promesa del Ejecutivo de inaugurarla en el primer trimestre de este 2022.

La sustitución pasa por elevar unos centímetros el tablero de los pilares para retirar el apoyo POT requerido. Una vez fuera, los técnicos de la firma que resulte adjudicataria deberán insertar los nuevos soportes para, posteriormente, colocar en su posición inicial el tablero. Esta tarea, como es obvio, se ha de realizar con la vía completamente cortada al tráfico.

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