Parece mentira ahora, 75 años después, imaginar que su estreno fue un rotundo fracaso: no entró en la lista de las 25 películas más vistas de 1946. Pero ¡Qué bello es vivir! se convirtió en un clásico. El tiempo y la radical y luminosa belleza de la historia consiguieron que su visionado se convirtiera en tradición, especialmente en las fecha navideñas. «Todo el mundo adora este clásico del cine que nos humaniza y logra sacar lo mejor de nosotros mismos en cada visionado. Con su perfecto tempo dramático, esta absoluta maravilla de Frank Capra es sin lugar a dudas una de las películas mejor narradas de la Historia». La editorial burgalesa Notorious celebra el 75 aniversario de esta obra maestra a través de la mirada de cuatro expertos que la analizan desde múltiples perspectivas: el rodaje, el director, los actores y sus personajes, las referencias, las influencias... Es, como siempre, un libro editado con lujo y mimo.

Carlos Díaz Maroto, Jesús Antonio López, Juan Andrés Pedrero Santos y Adrián Sánchez abundan en los entresijos del largometraje protagonizado por James Stewart, ese honrado y modesto ciudadano que mantiene a flote un pequeño banco familiar pese a los intentos de un poderoso banquero por arruinarlo y que el día de Nochebuena de 1945, abrumado por la repentina desaparición de una importante suma de dinero que le llavría a la quiebra, decide tomar una drástica decisión. El propio Capra, que vivió la mala acogida con decepción, defendió siempre su pasión por esta película. «Yo creía que era mi mejor película. Más aún, pensaba que era la mejor película que jamás alguien había hecho. No estaba destinada a las críticas embotadas o a los intelectuales pesimistas.Era mi estilo de películas y estaba destinada a mi estilo de público (...)Enseñaba que una vida humana es el contacto con otra serie de otras vidas humana. Y que, sin él, la vida sería un vacío terrible», confesó el cineasta italoamericano.

Dice en el libro Jesús Antonio López que en aquellos lejanos años al cine se iba a soñar, «y James Stewart podía protagonizar cualquier sueño. El larguirucho actor encarnaba al americano medio envuelto en una maraña de problemas de los que finalmente saldría airoso, el que podías cruzarte por la calle en cualquier momento. Stewart era algo más que un actor: era América». En apariencia, la película contaba cómo James Stewart iba a salvarse de lanzarse por un puente el día de Nochebuena. «Contaba una vida, su fracaso y su redención. Una vida americana, la de cualquiera, desde un pueblo y unos personajes no anónimos, sino arquetípicos, ejemplares».

Carlos Díaz Maroto disecciona a Donna Reed, compañera de Stewart en la película, 'Novia de América' en su momento pese a que no haya pasado a la historia como una de las grandes actrices del Hollywwo dorado. Y Juan Andrés Pedrero Santos hace una elegía de la película: «¡Qué bello es vivir! es una de esas películas cuya excepcionalidad hace posible que nos emocionemos casi hasta la lágrima con cada nuevo visionado».

Amor y sólo amor. ¡Qué bello es vivir! contiene la historia de amor más hermosa, íntima y singular de toda la filmografía de Capra», escribe AdriánSánchez. «Capra era un especialista en la historia de amor de cine.En el encuentro chispeante, la tensión de contrarios, el descubrimiento iluminador, transformativo.En el romance.En el antes del amor, por así decirlo».