Pese a las dificultades económicas derivadas de la pandemia y el conflicto bélico en Ucrania, la economía burgalesa ofrece síntomas de recuperación y normalización de su actividad. Uno de los más notorios se visualiza a través de la creación de centros de trabajo, reaperturas, cambios de actividad o traslados, de los que se registraron un total de 925 comunicaciones a la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León. Esta cifra supera los registros previos a la pandemia y esta sostenida, principalmente, por la fuerte actividad que se concentra en el sector de la construcción, tanto en obra nueva como en reformas y rehabilitaciones.

Toda empresa que abra un centro de trabajo debe comunicarlo a la Autoridad Laboral, procedimiento que incluye además la incorporación de un plan de seguridad o una evaluación de riesgos laborales del citado centro, así como el número de trabajadores a los que ocupará. 

En los tres primeros meses del año, 784 de las 925 comunicaciones tramitadas en Burgos se centraron en el sector de la construcción, en el que es obligado la comunicación previa al inicio de la obra. Hay que matizar que una sola empresa constructora puede firmar varias comunicaciones e incluso, en una misma obra, se puede y se debe realizar este trámite  por cada una de las empresas contratistas que trabajan en la misma.

Toda esta tramitación permite que, tanto la Autoridad Laboral como la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, conozcan y estén al día de los pormenores de cada actuación y de las condiciones de trabajo y medidas de seguridad que se contemplan. Lógicamente, el trámite de presentar estos impresos oficiales es obligatorio y su incumplimiento lleva aparajeda una sanción.

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