El Gobierno volverá a permitir a la ciudad disparar el gasto

J.M.
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La decisión de prorrogar la suspensión de las reglas fiscales habilitará de nuevo capacidad para invertir decenas de millones de euros el próximo año

La actual Corporación, en el Salón de Pleno del Ayuntamiento. - Foto: Luis López Araico

Al igual que ha sucedido en los dos últimos ejercicios, el Gobierno de España ha decidido prorrogar durante un año más la suspensión de las reglas fiscales. Esta decisión, aunque tomada desde el ámbito nacional, no es ajena el Ayuntamiento de Burgos ya que significa que tendrá de nuevo capacidad para invertir decenas de millones de euros en 2023. Y esto es así porque permanecerá en suspenso la obligación de que las entidades locales destinen el grueso de su superávit a amortizar deuda.

Esta es la teoría ya que en la práctica, al menos hasta la fecha, el Ejecutivo local no ha sido capaz de sacarle demasiado jugo a esta puerta que se abrió desde Madrid tras el estallido de la pandemia. Porque si bien es cierto, por citar el ejemplo más cercano, que ha permitido que el Gobierno de coalición haya podido disponer en este 2022 de crédito para ejecutar más de 73 millones de inversiones (a través del Presupuesto y de una modificación de crédito), la realidad es que se quedará muy lejos del objetivo.

El estado de ejecución del Presupuesto durante el primer semestre del año habla de que el Ayuntamiento ha podido certificar que se han realizado inversiones por valor de 4 millones de euros. Y aunque la cifra crecerá de manera notable en la última mitad del año, lo que a estas alturas está ya garantizado es que decenas de millones de euros se quedarán sin gastar.

Consecuencia de la inejecución del Presupuesto será que el Ayuntamiento acumulará grandes remanentes de tesorería. No es descabellado pensar que habrá un sobrante de 70 u 80 millones de euros y que eso permitirá destinar, si es que así se decide, decenas de millones a inversiones.

Lo que está por ver es lo que decide la Corporación al respecto ya que hasta el momento lo que se ha comprobado es el que Consistorio capitalino no parece estar lo suficientemente bien engrasado para poder demostrar su capacidad de acometer un volumen tan grande de inversiones. 

Siempre está abierta la puerta para amortizar parte de la millonaria deuda de los dos consorcios con la gran cantidad de dinero del que se ha dispuesto pero, pese a tener capacidad para ello, el actual Ejecutivo ha terminado dejando de lado esta posibilidad. Se ha llegado a plantear en alguna ocasión pero no se ha terminado de dar el paso.

El año 2023 no se lo pondrá fácil a la próxima Corporación ya que la gran vía para acometer nuevas inversiones, una vez que las del Presupuesto quedarán prácticamente comprometidas, es a través de una modificación de crédito. Y cabe recordar aquí que en año electoral se complica la toma de decisiones y el nuevo Ejecutivo aterriza a las puertas del verano. Lo que es lo mismo, sin apenas tiempo para poder tramitar licitaciones y para que puedan iniciarse obras.