El frío eleva el uso de camas de emergencia para sintecho

G.G.U.
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En la Unidad de Mínima Exigencia (UME) ya han dormido en esta temporada 22 personas, que son más de las que lo hicieron en las campañas completas de 2017, 2018 y 2019. Vuelve a haber más mujeres, un 22% del total

El Ayuntamiento y Cáritas habilitan cada invierno 8 camas ‘de emergencia’. Estos dos usuarios acomodaban anoche sus pertenencias. - Foto: Alberto Rodrigo

Veintidós personas sin hogar han dormido desde el pasado 4 de noviembre en el espacio municipal de emergencia para invierno, que financia el Ayuntamiento y gestiona Cáritas en su sede de la calle San Francisco. Son más de las que lo hicieron en las últimas tres temporadas completas y, de hecho, con respecto a la de 2019 ya se ha producido un incremento de afluencia del 57%. Algo que se explica por el intenso frío de este invierno, con noches sucesivas de helada, pero no solo. "Otras veces son cuestiones coyunturales para las que no hay explicación concreta, pero este año sí hemos empezado más fuerte", señalan desde Cáritas.

Entre esas causas estaría el aumento generalizado del sinhogarismo, que es un término de nueva acuñación para aludir a una situación -puntual o prolongada en el tiempo- que conlleva riesgo de exclusión para una persona por carencia de vivienda, pero también de una red social de apoyo. Es decir, que es un término que va mucho más allá de la carencia de un techo bajo el que dormir. Y, tal y como destacan destacan las entidades que trabajan con personas en esta situación, tampoco hay un motivo concreto para ese repunte, sostenido en los últimos años: por una parte está la reactivación del mercado temporal, que genera movilidad de transeúntes de una población a otra, y, por otra, la creciente precarización del empleo, que dificulta el acceso a la vivienda y, en situaciones de vulnerabilidad, el regreso a una vida ‘normalizada’.

De todo ello es reflejo la estadística de los dos primeros meses de apertura de este espacio municipal de emergencia, que oficialmente se llama Unidad de Mínima Exigencia (UME) porque se caracteriza por la ausencia de requisitos de uso: solo se exige no consumir drogas ni alcohol en las instalaciones y respetar tanto al mobiliario como al resto de los usuarios. Quienes quieren dormir en una de sus ocho camas (seis las financia el Ayuntamiento y dos la entidad diocesana) acuden a la sede de Cáritas, preguntan si hay sitio libre y, si es el caso, pueden pernoctar sin dar más explicaciones. Esta es la principal diferencia con el albergue, donde los usuarios sí se comprometen a cumplir una serie de normas y a participar en distintos programas de inserción.

Así, desde el pasado 4 de noviembre hasta el pasado lunes, 13 de enero, en la UME han dormido 22 personas: 17 hombres y 5 mujeres. Esta última cuestión es significativa, porque también corrobora una tendencia generalizada en todos los recursos para personas sin hogar: cada vez hay más mujeres. En este caso, ellas suponen el 22,7% sobre el total. 

Menos de 39 años. Hace años que Cáritas, la Fundación Lesmes y otras organizaciones están alertando sobre el ‘rejuvenecimiento de la pobreza’, algo que está muy vinculado a la precarización del empleo y a las dificultades de acceso a la vivienda, que son dos fuentes de exclusión muy importantes en la actualidad. Y, de nuevo, el perfil de las personas que han dormido en la UME corrobora esta situación: la media de edad es de 38,7 años. Así, frente a los 64 años de los dos usuarios de más edad, llaman la atención los 19, 25 y 28 años de otras de las personas que ya ha hecho uso de este recurso.

Su responsable, David Polo, destaca que en esta campaña han tenido camas ocupadas desde el día en el que abrieron (4 de noviembre), con un pico de afluencia a mediados de noviembre y otro en Navidad. "Ha estado llena, pero pasado Reyes han vuelto a quedar camas", señaló Polo.

Hoy, con una mínima de dos grados bajo cero, había cinco camas ocupadas. "Muchas veces las entradas y salidas no se rigen por los criterios más obvios, como  pudiera ser el frío, sino por otros para los que no tenemos explicación concreta", reiteró Polo para terminar.