«Añoro a todos mis pueblos y el contacto con la gente»

R.E.M.
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Media provincia estaría celebrando sus fiestas a lo grande de no ser por la pandemia y esta sería la época de más trabajo para Pedro y Raquel, pero sus tómbolas siguen paradas. Sueñan con volver pronto a animar las noches

Antes de tener que parar habían realizado una gran inversión en peluches, que ahora permanecen guardados. - Foto: Jesús J. Matí­as

Melgar de Fernamental, Villalmanzo, Tordueles, Tardajos, Gumiel de Izán, Olmillos de Sasamón… Media provincia debería estar en estos momentos celebrando sus fiestas a lo grande, pero la pandemia lo vuelve a impedir por segundo año consecutivo. Por esos mismos pueblos estarían en estos momentos Pedro y Raquel con sus tómbolas, pero se encuentran parados y sin saber cuándo arrancarán después de tanto tiempo de espera. Sueñan con estar de nuevo junto a su gente, esa a la que añoran y desean ver muy pronto. Han sabido ganarse su cariño y se han convertido en un verdadero reclamo para cualquier noche de juerga. Su gran esperanza en estos momentos pasa por regresar cuanto antes y retomar así su actividad laboral, pero para estar cerca de sus seguidores en estas fechas tan especiales se expresan sobre estas líneas en forma de «homenaje» a todos sus ‘seguidores’.

Tan importante como contar con una buena orquesta es tener una tómbola de calidad que logre hacer disfrutar de lo lindo a jóvenes y mayores. Bien lo saben los burgaleses Pedro Ontoso y Raquel Mata, que se conocen de memoria los pueblos a los que les toca ir cada semana y, a pesar del tiempo, no se les ha olvidado ni uno. Estos días concretamente serían unos de los de mayor ajetreo de todo el verano y también significaría meter muchas horas sin dormir. Agosto empezaría por Pedrosa del Páramo para seguir por Villasilos, Caleruega, Santa Inés... y así hasta más de una veintena de pueblos. Este fin de semana, concretamente, sacarían sus cuatro remolques.

Pedro recuerda perfectamente aquel marzo de 2020 cuando se encontraba ultimando los preparativos para asistir a los quintos de Santa María del Campo, pero tuvo que dejarlo todo en el almacén sin pensar que esa situación se alargaría tanto en el tiempo. «Ahora mismo me dices que ahora tengo que ir a una fiesta y con la ilusión que tengo la hago, pero no podría aguantar hasta las siete de la mañana», manifiesta, en referencia a la falta de costumbre que tiene en estos momentos después de tantos meses sin marcha. «Posiblemente será la falta de ritmo, habrá que hacer pretemporada», matiza.

Una inversión de 9.000 euros en peluches que realizaron justo en ese momento se ha quedado ahí, pero al tratarse de productos no perecederos confían en que cuando todo vuelva a la normalidad podrán sacar el stock.

En todo el tiempo de parón únicamente ha recibido una llamada para volver. Fue la del alcalde de Requejo (Cantabria) y le comentó que habían decidido continuar con las fiestas que tenían previstas a finales de junio y se animó «sin saber si íbamos a ganar o perder». A pesar de ser una fiesta completamente diferente pudo sentir el cariño de siempre. «No te das abrazos en esos momentos porque no se puede, pero la gente estaba agradecida y no pasó nada». Y recuerda, con emoción, que por tres o cuatro pueblos por los que pasó la gente le saludaba y le reconocía las muchas ganas que tienen de que vuelvan en las mismas condiciones que antes de la pandemia.

«Hay que ser más valientes, pero las cosas hay que hacerlas bien», explica. Él tampoco ha querido insistir a los alcaldes: «Yo no puedo molestarles, todos tienen mi teléfono de años anteriores». Considera que se han visto desamparados, aunque en cierto modo se siente un afortunado puesto que ha podido trabajar estos meses como comercial. Entienden perfectamente la situación complicada actual y, de hecho, lo han sufrido en primera persona al perder a amigos y familiares por la covid.

Mira con ilusión las publicaciones en redes sociales de aquellas localidades que se van animando a organizar verbenas y, aunque de momento sea con una infinidad de restricciones, le hace ver más cerca el final de esta pesadilla. Asegura que se le pone «la piel de gallina»  con ello. Tiene dudas de si cuando  regresen lo harán con las mismas condiciones que tenían siempre o todo cambiará. Esto para su familia va mucho más allá de un trabajo, al que llevan dedicándose toda la vida. Supone también una afición y «el contacto con la gente se echa de menos». Siempre dice a todos aquellos que le preguntan que cuando él vuelva significará que la pandemia ha terminado ya.

Cuando la verbena acaba allí están Pedro y Raquel para que la fiesta siga. La música continúa con ellos y por eso tienen buenos equipos preparados para dar ambiente. Volverán, eso seguro. Y a pesar de que esta temporada no será posible y ya la dan por perdida sí querían estar presentes a través de estas líneas. «En estas fiestas ‘no fiestas’ nuestra tómbola también está, lo añoramos muchísimo». Su público también les espera.