Cada vez es más difícil para las fuerzas de seguridad montar controles sin que, en cuestión de minutos o incluso segundos, su ubicación esté publicada en diversas redes sociales. Por eso, a día de hoy un dispositivo de radar, de alcoholemia o incluso de seguridad ciudadana se plantea como rápido y efectivo. Se intenta controlar al mayor número de vehículos en el menor tiempo posible. A veces, ni por esas consiguen evitar la difusión en grupos de Telegram o aplicaciones como Social Drive.
Pero ojo, que los que alertan de este tipo de operativos están cometiendo una infracción grave castigada con multas de hasta 30.000 euros. La Policía Local denunció hace unos días a un individuo al que sorprendieron colgando una foto en internet durante uno de estos controles.
(Más información, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos)