Pasaban pocos minutos de las nueve y media de la mañana, el termómetro marcaba bajo cero, los coches tenían las lunas heladas, y varios aficionados del Burgos CF ya esperaban en la puerta 5 de Tribuna para poder acceder al campo y presenciar el entrenamiento que ayer fue abierto al público.
Con el paso de los minutos la cola en la puerta fue creciendo hasta que a las 10,30 horas los aficionados fueron entrando al estadio para ver a sus jugadores y darles ánimos de cara al encuentro de mañana en Vitoria contra el Alavés. La sesión comenzó a las 10.45 e incluso algunos niños saltaron al campo. Al final de la sesión los jugadores atendieron a sus seguidores, firmaron autógrafos y se fotografiaron con ellos. Para muchos, los más pequeños, fue el mejor regalo de Reyes, un recuerdo imborrable.