La Policía Local lleva años detectando, y más en la fase quién sabe si final de la pandemia, que los hábitos de ocio de los burgaleses han cambiado y que la fiesta en los bares y en la calle no solo se circunscribe a las noches de los fines de semana sino que se extiende a todos los días del año y, cada vez con más frecuencia, a las tardes. De manera que el Área de Seguridad Pública y Emergencias del Ayuntamiento considera que el horario en que las cámaras de videovigilancia pueden grabar en las zonas de ocio -Llanas, Bernardas y Bernardillas- se han quedado obsoletos.

De hecho, ya ha enviado a la Delegación del Gobierno de Castilla y León el informe con el que justifica la ampliación de las horas de funcionamiento de los dispositivos a las 24 horas de todas las jornadas del año. Hasta no conocer su respuesta, el Consistorio no va a solicitar autorización para la colocación de cámaras en el casco alto, petición que habían hecho los vecinos del barrio y que contaba con el visto bueno inicial del Ayuntamiento. 

La Policía Local y también la concejala, Blanca Carpintero, estiman que una inversión tan importante como la que representa la compra de este tipo de dispositivos debe «aprovecharse al máximo» y eso no sucederá si las cámaras no están encendidas siempre. De lo contrario, quedarán sin esclarecerse «numerosos ilícitos penales que ahora se producen fuera del horario de grabación».

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