Cáritas Castrense despliega su solidaridad en Burgos

G. ARCE
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Fundada en 2019 y tras superar el parón de la pandemia, la institución benéfica de origen militar presta sus servicios asistenciales en el ámbito local de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil y Policía Nacional

Juan Sánchez Navarro dirige desde su fundación Cáritas Castrense de Burgos. - Foto: Luis López Araico

La caridad, el voluntariado y la beneficencia también se abren paso en ámbitos sociales aparentemente protegidos como los de las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil y la Policía Nacional. Sí, los integran varios millares de trabajadores y extrabajadores al servicio del Estado en Burgos, pero también entre estas personas y sus familias directas hay necesidades vinculadas a situaciones extremas de soledad, dependencia, desarraigo, discapacidad, desempleo o incluso de pobreza, problemas que muchas veces quedan ocultos a la sociedad bajo los uniformes. 

Estos son, básicamente, los campos de trabajo de Cáritas Castrense en Burgos, institución nacida en junio de 2019 al amparo del Arzobispado Castrense y bajo el impulso de los integrantes de la Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas, que ahora busca hacerse visible a la sociedad local tras superar los dos últimos años de pandemia. 

Se trata de una de las 40 Cáritas Castrenses operativas por toda la geografía española, una red creada hace una década por el arzobispo castrense Juan del Río para ejercer la caridad, en la misma sintonía que la Confederación de Cáritas España, pero enfocada a los profesionales y exprofesionales de la Defensa y la Seguridad y sus familias.

En el Capitán Mayoral se higienizaron juguetes donados.En el Capitán Mayoral se higienizaron juguetes donados. - Foto: Valdivielso

El arzobispo Del Río, fallecido durante la pandemia, creó el denominado 'Granero de José', un fondo especial de emergencia para ofrecer ayuda a quien lo pudiese necesitar y del que se sirvieron las diferentes organizaciones provinciales, con Madrid a la cabeza, la delegación más grande, en consonancia con las unidades militares y policiales radicadas en la capital de España. 

Cáritas Castrense atiende en España a 2.800 beneficiarios directos a través de alguna ayuda, suma 382 voluntarios y 4 personas contratadas en labores administrativas. Actualmente está inmersa en la elaboración de un plan estratégico para profesionalizar su forma de actuar con voluntarios formados, especializados y organizados.

La financiación procede de las colectas del Jueves Santo (Día de la Caridad), de las cuotas de socios, de donaciones, de subvenciones y de los fondos de acción social de los Ejércitos de Tierra y del Aire. Su lema de funcionamiento es sencillo: «No realizamos inversiones; no tenemos endeudamiento». 

En 2020 manejaron en torno a los 800.000 euros en recursos en la organización nacional, fruto de las aportaciones privadas (400.000), de los socios (200.000), de la iglesia (100.000) o de empresas e instituciones no eclesiásticas (90.000).  

Por lo que respecta a la delegación burgalesa, su delegado es el sacerdote capellán castrense destinado en la plaza, José María Pérez Chaves, y está dirigida desde sus inicios por Juan Sánchez Navarro, al que acompañan Francisco Llorente, como responsable de voluntariado y formación, y Manuel Ruiz, como tesorero. Estos militares -además de un secretario y un responsable de proyectos locales-  forman parte de la Hermandad de Veteranos, donde Sánchez Navarro es responsable del Área Social. 

En la Junta Directiva hay también representantes del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil y un responsable informático que vela por la seguridad de toda la red.

«Queremos darnos a conocer a todos los potenciales beneficiarios en la provincia, algo que no pudimos hacer durante la pandemia. Es difícil encontrar las necesidades que las que podemos ayudar», advierte Juan Sánchez Navarro, quien insiste en que ante una situación de emergencia personal y familiar hay que activar los recursos pidiendo ayuda. «Es recomendable llamar y canalizarlo a través del delegado (el páter), de los cabos mayores, los suboficiales mayores o los jefes de unidad. El ámbito de atención incluye a los veteranos, viudas o antiguos integrantes de tropa y sus familias, y también el personal civil al servicio de Defensa».

La sede de este organismo se ubica en la Subdelegación de Defensa (teléfono 947226706,  correo electrónico cpcburgos.ccastrense@caritas.es y la web caritas.es/castrense). También se puede pedir ayuda o alertar de una situación de necesidad en el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (Isfas) o con la Delegación del Patronato de Huérfanos. 

Todas las peticiones de ayuda económica se rigen por los coeficientes del umbral de la pobreza del potencial beneficiario o de su familia. 

Tareas. La delegación burgalesa opera en los grandes proyectos en los que está inmersa Cáritas Castrense:el de acogida a familias necesitadas (desde apoyo económico, a acompañamiento y orientación sobre las necesidades que tienen, de forma puntual o permanente), el de atención a las personas con discapacidad (en colaboración con el Centro Especial del Instituto Social de las Fuerzas Armadas) y el de atención a mayores.

Actualmente se trabaja en el desarrollo de un programa de ayuda a la búsqueda de empleo para aquellas personas vinculadas a las Fuerzas Armadas que han salido de las mismas a los 45 años, muchas de ellas en la clase de tropa y que cuentan con una formación que les permitiría dar el salto a la vida civil.

En el ámbito de la pobreza, hay en marcha proyectos de colaboración con la población civil de otros países donde se desarrollan las misiones internacionales españolas (como Líbano, Somalia, Mali o en los países limítrofes al conflicto de Ucrania). También han colaborado con la Iglesia cubana.

Cáritas Castrense Burgos ha colaborado con Cruz Roja en la acogida de familias refugiadas en la ciudad, gestionando las necesidades vitales de estas personas. También trabaja con Cáritas en las labores de mantenimiento doméstico de los pisos para acogida de inmigrantes en su proceso de regulación en el país o de mujeres en situación de vulnerabilidad.

Una ronda de llamadas para acompañar

Como en todos los ámbitos, la pandemia ha supuesto un paréntesis en la actividad de Cáritas Castrense, pero también ha sido un tiempo de prueba. La entidad impulsora, la Hermandad de Veteranos, puso en marcha un plan para la atención de sus mayores durante la pandemia. Los integrantes de la Junta Directiva se repartieron teléfonos de los más veteranos y se dedicaron a llamarlos periódicamente para conocer sus necesidades. Poco a poco, las llamadas se fueron extendiendo el resto de asociados , que suman entre 500 y 600 en total en Burgos. «Tenemos a todos nuestros socios, especialmente a los de más edad, controlados. Sabemos si son vulnerables o no, y si surge algún problema estamos ahí. Ahora queremos llegar a los que no lo son y los que no saben que estamos aquí. Quizá estemos hablando del doble de familias». 

Ha habido otras iniciativas sobresalientes. En las dependencias de la Unidad de Servicios y Talleres del cuartel Capital Mayoral se lavaron e higienizaron (bajo las normas sanitarias covid) 4 metros cúbicos de juguetes donados durante un partido de baloncesto. Su destino fueron los niños de la isla de La Palma, afectada por el volcán. También se hizo lo propio con ropa, con destino a Cáritas Castrense de Alcalá de Henares.