Leví Moreno cree que la mascarilla resta viajeros al bus

I.E.
-

El edil no descarta que la bici o los patinetes contribuyan a la merma de pasajeros, pero hay gente que no sube «porque no tiene» cubrebocas

Varios ciudadanos cogen el autobús, la línea 3, en calle Vitoria. - Foto: Luis López Araico

El autobús urbano atrajo el año pasado a un total de 10,9 millones de viajeros y, con esa cifra, la Concejalía de Movilidad logró el «objetivo» que se marcó a primeros de 2022, que no era otro que superar los 10 millones de usuarios. Representaron un 24% más que en 2021, pero todavía lejos de los más de 13 millones que utilizaron el bus municipal en el año previo a la pandemia, 2019, que es cierto que fue un ejercicio de récord. Entre las causas que explican que todavía no se haya llegado a esos números -no la única- figura la obligación de llevar mascarilla, una imposición que mantiene el Ministerio de Sanidad para todo el transporte público en España. 

El concejal de Movilidad, Leví Moreno, considera que esta circunstancia «sí está restando» pasajeros en la ciudad, porque mucha gente que se dispone a coger el autobús «se da cuenta justo antes de que no tiene mascarilla y no sube, aunque se la faciliten dentro». Los ciudadanos «no están habituados» a utilizarla, porque no es obligatoria en el resto de contextos de la vida cotidiana, afirmó, para después advertir de que hay otros factores que explican que no se hayan recuperado las cifras de 2019, como el «cambio de hábitos en movilidad, con un mayor empleo de la bicicleta y el patinete».

El edil del equipo de Gobierno destacó que en cuatro meses -marzo, octubre, noviembre y diciembre- el número de viajeros superó el millón y que el día que registró más pasajeros fue el pasado 16 de diciembre, con más de 47.000. Asimismo, hizo referencia a las líneas con más tirón. La más empleada por los burgaleses es la uno, la que conecta Gamonal con el inicio de la avenida del Arlanzón, con más de 2,6 millones de viajeros. Le sigue la que une el barrio del Pilar y la UBU con el hospital y el G-3, con 1,1 millones, mientras la tercera es la de Villalonquéjar con el HUBU. La circular, que no experimentará ningún cambio, ganó usuarios y alcanzó la cifra de 450.000.

Moreno, quien indicó que no se han detectado nuevos fraudes desde que hace dos años se estrenaran las nuevas tarjetas de los abonados, resaltó también el número de paradas accesibles construidas a lo largo del mandato, con cerca de un centenar, a las que hay que unir otras 15 que ya están proyectadas. Además, «cumpliendo el compromiso del Pleno municipal, el Ayuntamiento ha adquirido cinco autobuses nuevos cada año».

Recordó, asimismo, la prórroga -hasta el 30 de junio- de la reducción del coste del viaje para los abonados -de 47 a 24 céntimos- y confió en que esta rebaja siga atrayendo nuevos usuarios al transporte público en la capital.