Al peligro que representa circular por una carretera con gran densidad de tráfico -buena parte de él pesado- se suma un riesgo añadido, la superpoblación de corzos y jabalíes que hay en la zona del puerto de La Pedraja, en la N-120. Los accidentes con estos animales «son constantes y a diario», lamenta el alcalde de Castrillo del Val, Jorge Mínguez, quien añade «que no son pocos los vecinos de los pueblos que tienen que dar siniestro total a su coche por chocar» con ejemplares de estas especies. Lo mismo opina Álvaro Eguíluz, regidor municipal de Belorado, quien afirma que «no es extraño ver a diario un coche tirado en la cuneta por un siniestro contra un animal».
Según los datos facilitados por la Jefatura Provincial, el pasado año se contabilizaron en las carreteras burgalesas 2.475 siniestros con animales implicados, el techo del último lustro. Fueron más accidentes y también más graves, pues se contabilizaron más heridos que antes de la pandemia tanto en 2020 como en 2021. De hecho, casi la mitad de las personas que terminaron hospitalizadas con lesiones importantes desde 2015 lo hicieron en los dos últimos años.
Daños materiales. Al margen de este incremento de los heridos graves en los dos últimos años, lo cierto es que la gran mayoría de los siniestros con animales se saldan principalmente con daños materiales y nada más. Solo dos personas han fallecido en la última década, un joven en 2012 y una mujer en 2015. Esta última tras una salida de vía del turismo en el que viajaba al tratar de evitar la colisión con el animal. Desde la DGT recomiendan al respecto no virar el volante en caso de invasión, pues las consecuencias pueden ser peores.
Siete de cada diez siniestros con animales de por medio se producen por la invasión de corzos. El pasado año 1.838 accidentes, nuevamente, récord de los últimos cinco.