Lou Matilla

Déjame que te cuente

Lou Matilla


Fuerte o débil

16/11/2022

Hace unos días leí dos noticias en este periódico que me dejaron bastante preocupada. Una de ellas hablaba del aumento del acoso escolar en las aulas. La otra, del bullying y de que siete de cada diez padres creen que se pueden estar ocultando casos para no dañar la imagen de los centros escolares, algo realmente gravísimo si así fuera. Como se podrán imaginar, para cualquier padre con hijos que asisten al colegio o al instituto, es algo que inquieta. Y mucho.

Eran los años 90 cuando yo misma era carne de pasillo de instituto; alguien que te sacaba dos cabezas se cruzaba contigo de repente y, sin darte tiempo a reaccionar ni mediar palabra, te soltaba un bofetón porque sí, que te dejaba la cara cuando menos colorada. O te tiraban al suelo. O te hacían zancadillas, te insultaban o llegaban a tu mesa toda clase de adjetivos descalificativos en forma de bola de papel.

Estos abusones, que así los denominaba yo, estaban por todas partes, y qué casualidad que siempre se metían con las personas más menudas (que no más débiles), porque por supuesto para mí ellos fueron siempre los débiles y los que aguantábamos éramos los fuertes.

Por suerte para nosotros hubo un momento en el que la vida en el instituto se acabó y toda esta gente sin escrúpulos desapareció de nuestras vidas para siempre. Yo espero que muchos de ellos hayan podido recapacitar sobre sus actos e incluso haberse arrepentido de tratar así a las personas, pero también estoy convencida de que el que es mala persona, lo va a ser toda su vida.

Si queremos darles un futuro digno a nuestros hijos, debemos empezar por transmitirles valores de convivencia y respeto siempre hacia los demás, independientemente de cuáles sean las condiciones sociales de las personas, físicas, sexuales, de género, etc... Las cifras de acoso y bullying desde luego son alarmantes y desde los organismos correspondientes deberían ponerse las soluciones pertinentes para que todos los alumnos puedan ir SIN MIEDO a clase. 

Y a todos esos que van por ahí acosando a los que piensan que son inferiores a ellos, yo les diría que no se olviden que en el ajedrez, igual que en la vida misma, el peón también se puede comer al rey.

ARCHIVADO EN: Acoso escolar